DESCONTROL REMOTO

DESCONTROL REMOTO

Por: Sandra López Astudillo. GAMMA
Fecha: 20 de septiembre, 2005

Es conocido aquel dato estadístico de que las niñas y niños pasan frente al televisor entre 1300 y 1400 horas al año. Al llegar a la mayoría de edad, habrán pasado frente a la pantalla de televisión unas 25.000 horas, es decir, casi tres años.

¿Qué han aprendido en este tiempo?. Durante 4 horas promedio al día, niñas, niños, y adolescentes ven en la televisión: escenas de violencia según Rothemberg, en una hora de programación infantil se presentan 6 veces más escenas de violencia que en el mismo tiempo de programación para personas adultas; actitudes tergiversadas sobre sus derechos y obligaciones en la familia y en la sociedad; discriminación por género, por etnia, por edad, por clase….; hábitos y estilos de vida basados en el sistema de mercado, todo se compra y se vende; anuncios publicitarios (más del 30% del tiempo de la programación total) que promocionan formas de alimentación opuestas a la salud: cereales azucarados, dulces, helados, bebidas, hamburguesas, papas fritas, pollo brosterizado… Promoción que por otra parte influye en la selección que realizan las personas adultas a la hora de comprar. Problemas como la anorexia, la obesidad, deficiencia vitamínica y otra múltiples enfermedades se relacionan de forma directa con lo descrito.

Pero ¿por qué niñas, niños y adolescentes ven tantas horas de televisión?. El estímulo audiovisual es el puente directo, sin embargo, situaciones de inactividad o de falta de alternativas pueden ser los factores estimulantes indirectos. ¿Cuántas veces las personas adultas hemos dicho “anda a ver qué están dando en la televisión”, para librarnos por un momento de las preguntas, inquietudes, aburrimiento o impertinencias de nuestros hijos e hijas? Muchas veces, la televisión resulta ser un medio de evasión de tensiones, situaciones de violencia o de falta de atención. Las niñas y niños van construyendo un mundo en el que la televisión es parte de su vida y alejarse de ella les cuesta; esto es conocido por las personas adultas, pues un elemento correctivo, que resulta ser una estrategia disfuncional, suele ser el prohibir la televisión.

¿Qué hacer?, por un lado, frente a la relación directa con la tv, se pueden colocar barreras: sacar los aparatos de televisión de los dormitorios, mantener el televisor apagado durante las comidas, campañas internas en la familia “dos días a la semana sin televisión”, dejar de utilizar la televisión como recompensa o como castigo, poner normas para el uso del control remoto. Luego, podríamos atacar a las causas proponiendo una nueva forma de relación en la familia que implique mayor comunicación y alternativas de actividades colectivas. Lo que aprenden nuestras hijas e hijos en la televisión les marcará para toda la vida, como siempre, la elección es nuestra.

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