ESTAR A LA MODA

Moda, en sentido estricto es “el fenómeno social generante y generado por la constante y periódica variación del vestido”. La moda se caracteriza por ser un hecho social… sin la sociedad o grupo social, simplemente, la moda no es realizable.

En nuestra sociedad sin embargo intuimos una estrecha relación entre moda, publicidad y medios de comunicación en general, como pilares de la sociedad de consumo que rompe las fronteras de la venta de ropa y que abarca todos los aspectos de la vida social; lo anterior puede dejar sin piso aquellos argumentos que afirman que la moda es un aspecto frívolo o inocuo con pocas o ningunas consecuencias, y que es preocupación solamente de un grupo de personas (jóvenes y mujeres) dentro de la sociedad. Si bien la sociedad ha puesto sobre los hombros de mujeres, y de mujeres jóvenes especialmente, la preocupación por la moda, este hecho social es más amplio, abarcativo y complejo. La vestimenta humana, ha sufrido una metamorfosis, ha dejado de ser satisfactor real de la necesidad humana de abrigo para convertirse en un satisfactor tramposo, clasificador de las personas y por lo tanto factor de discriminación.

Mujeres y hombres nos encontramos en el mundo de la moda, ¿cuánto tiempo gastamos pensando en la prenda que utilizaremos, la joya que luciremos o los zapatos que calzaremos?. El sistema de la moda, muy hábilmente ha modificado nuestra cotidianidad y nuestro sistema de símbolos; poco a poco –y más con la globalización- hemos adquirido un modus vivendi muy lejano al propio y nos dejamos invadir por la seducción de la moda sin importar edad, género, clase social o economía familiar; cada día abrimos la puerta a lo efímero, a lo superfluo, a normas de belleza y a modelos de comportamiento que ni siquiera son creaciones propias de nuestro entorno y que provienen de espacios muy lejanos, de formas de vida que ni siquiera podemos imaginar en sociedades como la nuestra, y que, sin embargo, a través de los medios de comunicación se presentan cercanas y completamente posibles.

La lógica de la moda dicta leyes de producción, consumo y forma de vida: nada perdura, todo es fugaz. Lo que compraste hoy ya no sirve para mañana. Pero moda no solo es vestido, son ideas, valores, objetivos, actitudes, todo un conjunto que configura modelos y patrones cada vez más distantes de las telas y cada vez más cercanos marcapasos de nuestros deseos, metas, estilos de vida y comportamientos sociales.

Continuar pensando que la moda es un inocente aspecto indumentario que lo asumen solo quienes gustan de ella, trae consigo el peligro de la transitoriedad y fragilidad de nuestro sistema de valores, sueños y deseos. Y usted, ¿está a la moda?

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