Mujeres Creadoras: su obra, su vida.

Sandra López A.

SUSANA REYES

(Quito, Ecuador) Maestra, coreógrafa, bailarina. Vivió en la Loma Chica, en el centro de Quito, desde pequeña amaba de la danza como un espacio liberador que le permitió encontrarse a sí misma y no perder su dignidad, una enseñanza profunda de una luchadora por los derechos de las mujeres, su madre que era lavandera y que privilegió el respeto por la condición humana, marcando profundamente la vida de la artista.

Bailaba para las mujeres lavanderas, la amaban porque las unificaba en la construcción de un camino hacia mejores días para todas y todos; se presentaba en las reuniones del Comité del Pueblo, en las reuniones del sindicato de lavanderas, porque su danza les devolvía su ser profundo, su identidad.

En los años’70 mientras estudiaba artes en la Universidad, Susana se cuestionaba sobre diferentes posiciones en la negociación del arte, ella recogía la riqueza de los pueblos milenarios, que comparten su arte, no compiten, porque eso deshumaniza el arte.

Viajando por muchos países de Europa y América, llega a Estados Unidos en donde permanece un año estudiando danza y en una presentación en New York, conoce a Moti Deren, un músico y compositor, con quién en 1986 decide compartir su vida y será un aporte fundamental para la materialización de algunos de sus grandes proyectos.“Seré tu compañera por ese día. Quizá también por el día siguiente y acaso por el próximo. Sin juramentos”. Susana tiene dos hijas Atala y Sisa, con quienes mantiene una conexión muy fuerte, a ellas ha transmitido el amor por la danza y la música.

En 1992, junto con su compañero construyeron “La Casa de la Danza”, un espacio para la cultura, en el que desde sus inicios se organizaron eventos por el Día de la Mujer. Desde este espacio se creó la propuesta denominada “la danza para la vida”, en donde se consagra en el trabajo con las mujeres, en el manifiesta, dar, recibir y crecer; este espacio le ha permitido redescubrirse como ser humano, esto le significa una fuente inagotable de sabiduría, de poder, de pensar, en donde recuerda a las mujeres cómo recuperar su esencia a través de talleres en donde Susana se ha entregado en un trabajo intenso y muy satisfactorio.

Con “La Casa de la Danza” ha desarrollado un trabajo dedicado a personas de diferentes sectores que por diferentes motivos sus derechos han sido vulnerados; uno de los espacios con los que ha trabajado es el “Centro de la niña trabajadora”, niñas entre 6 a 16, 17 y 18 años, dos veces a la semana; otra institución es el Centro de Desarrollo Integral de la Dra. Vera Kohn, con un programa de la Comisaría de la Mujer, dirigido a mujeres que denuncian violencia; Universidad Indígena de Chimborazo, organizaciones religiosas, el Centro Raíz de Quito y con organizaciones de Derechos Humanos nacionales e internacionales.

Graduada con honores como mejor egresada del Instituto Nacional de Danza 1978, comisionada para realizar la Misa Campesina en la Iglesia Saint John the Divine, y realizar un montaje en el Teatro “La Mama” en Nueva York, 1984; Coreógrafa Internacional en un montaje en el American Dance Festival, 1992; condecoración al “Mérito Cultural”, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1995; condecoración “Centenario Benjamín Carrión” por su aporte a la Danza 1997; nombrada como una de las figuras más relevantes de la danza latinoamericana por la Bienal de la Danza de Lyon, Francia 2002.

Susana tiene aproximadamente 100 coreografías, tanto como solista cuanto para grupos, algunas de ellas son: Amakuna, Jacinta, Yo mujer, Waimiaku, del amor y la esperanza, la maquila, Oscuranto, Magiaimagenes, La regüelta, Cantuña, Memorias de arcilla, Tejedoras de sueños, Niño corazón. La mayoría de estas obras han sido presentadas en nuestro país como y en el exterior y cuentan con el acompañamiento musical de su compañero Moti Deren.

En el marco del 8 de marzo la “Casa de la Danza” que dirige Susana reyes, organiza el festival “Mujeres en la danza”, que para la artista significa mucho más que un evento cultural; con ceremonias ancestrales y con rituales, significa un tributo a la mujer, un tributo a la vida, a la esencia femenina y a la fuerza creadora en el que participan mujeres y hombres. “El Festival Mujeres en la Danza mantiene su ideal primigenio y su claridad como proyecto social y cultural. Apuesta por su influencia y su permanencia no sólo en el tiempo sino también en la conciencia de sus muchos seguidores”.

Signos contrahegemónicos

Susana en su propósito de recordarnos la condición sagrada de nuestra humanidad, ha desarrollado una danza que permite encontrar nuestra identidad, nuestra unidad con la Luna, con el Agua, con los Animales, con toda la red de la vida, y reconocernos en cada elemento que forma parte de nuestro planeta y de nuestro universo; este aporte ha llevado a los teatros más famosos del mundo, así como a barrios, a cárceles, a escuelas, etc.

“La danza no es un camino al escenario, es un camino a la vida; si la danza te devuelve tus alas, yo me muero bailando, y me muero luchando porque todo el mundo tenga acceso a la danza”

Susana Reyes

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