NO ES UN DÍA MÁS

Si yo fuera mamá y recibiese un regalo de estos acompañado de la frase ¡qué viva la reina del hogar! No me agradaría mucho, no porque no sea útil sino por el mensaje oculto que lleva ese obsequio, reforzando los estereotipos de género (porque con seguridad si yo fuera papá no me regalarían eso).

Pero no solo el comercio se expresa en este día, para muchas personas el día de la madre es una fecha muy emotiva, que nos hace recordar muchos momentos lindos de nuestras vidas, que nos hace reflexionar acerca de esas personas que nos tuvieron en sus vientres antes de venir al mundo, o de esas personas que talvez sin ser nuestras madres biológicas nos han brindado el cariño, amor y cuidado.

Y es que este día no debería ser un día más, no debemos permitir que sea una ceremonia meramente formal, en la que después de las flores, los regalos, los poemas, los serenos… al día siguiente de la celebración, esa misma madre homenajeada debe esconder sus necesidades, regresar al silencio, batirse sola con un presupuesto limitado, limpiar y arreglar la casa, lavar los utensilios de cocina; muchas veces en condiciones de violencia, de precariedad económica, de insolidaridad de pareja, de abandono. Y es que si reflexionamos un poco sobre la situación de las madres en la actualidad, sobre todo de la mayoría de ellas, podemos decir que la maternidad constituye una carga muy pesada para las mujeres que tienen que trabajar dentro de casa, fuera de ella y a la vez asegurar la sobrevivencia de sus hijas e hijos, su educación, su salud, su bienestar.

Este día deberíamos celebrarlo con una expresión de inmenso amor que implica la valoración de lo femenino, el respeto, la consideración, la comprensión, la revalorización del trabajo doméstico y la responsabilidad compartida del mismo.

En la sociedad no estaría mal celebrar este día con la inauguración de centros de cuidado infantil adecuados y gratuitos, con servicios de salud donde las mujeres puedan dar a luz recibiendo un trato más humano y sin costos, que se crearan espacios para el descanso, la recreación y la educación continua de las amas de casa y las trabajadoras domésticas, que se respetara la ley de maternidad gratuita, que hubiera empleo, incremento de salarios… y mucho más.

Si la sociedad, si la familia, si nuestros gobiernos estuvieran conscientes del valor y trascendencia de la maternidad no celebrarían el día de la madre como un día más o con una compra más. Transformar eso es nuestro reto.

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