BOLIVAR ES HOY

BOLIVAR ES HOY
Por: Nidya Pesántez C.
Fecha: 26 de julio, 2005

La búsqueda incansable de Bolívar, la liberación plena de América, de España en su momento, y luego, resistir a los embates de los nuevos imperios. Para esto nos empujó a la integración y nos instó a “… Entender y realizar aquel mundo tan lleno de escondidas posibilidades”: nuestra América.

El anhelo de Bolívar no se limitaba a la posibilidad de que nuestros suelos se junten libres del yugo español en una sola nación, sino que exigía que pongamos a prueba nuestra capacidad creadora a fin de romper con cualquier tipo de dependencia, con cualquier forma de opresión; nos proponía no seguir modelos que tarde o temprano fracasarían porque no estaban (ni están) acordes a nuestra naturaleza, en palabras de Bolívar: “Nosotros somos un pequeño género humano; poseemos un mundo aparte…”

La sed del Libertador sigue vigente, como vigentes siguen las dudas sobre si la propuesta es o no una quimera. Bien se puede argumentar que históricamente hemos sido incapaces de entender y realizar nuestro mundo, que no hemos sabido cómo enfrentar y romper la dependencia económica, política, social y cultural; justificadamente podríamos decir que ésta es la etapa menos probable para alcanzar aquel rompimiento, precisamente porque estamos bajo el régimen de un imperio que se sostiene en la compra de su estilo de vida como el único posible modelo de desarrollo y democracia. Empero, el momento nunca será el favorable, por ello, cualquier momento es perfecto; hoy, por ejemplo, puede ser el mejor momento.

Para romper con la dependencia y construir libertad deberíamos aprehender de las personas que nos dejaron sus enseñanzas, leer, analizar, comprender, comparar, sentirnos orgullosas y orgullosos del legado ancestral, del pensamiento y de la práctica de las libertadoras y libertadores del pasado; deberíamos desterrar la enfermedad que nos provoca servilismo, rompiendo la base del sistema: el consumismo, la competencia, el individualismo, el desconocimiento y la falta de amor propio; para alcanzar esta libertad deberíamos luchar contra la venta de nuestro espacio de vida a las transnacionales y, deberíamos recuperar nuestra esencia: el amor. Nos han convencido que el amor es un sentimiento débil que no enfrenta al poder de este sistema, cuando en realidad, sólo el amor puede liberarnos de él, sólo el amor libera nuestra capacidad de comprender que en cada espacio cotidiano tenemos poder. Y claro, finalmente y como punto clave de nuestra herencia Bolivariana, deberíamos alcanzar la integración como el mecanismo para establecer una sociedad nueva, libre y autónoma porque hasta el momento somos lo que Bolívar advirtió, un archipiélago de naciones.

Nuestra responsabilidad de seres humanos, de hijas y de hijos de América es cada vez más grande, pero reconozcamos que tenemos el poder para asumirla. Conocer, aprender, valorar y amar para destruir y volver a crear, sin miedo; esa es la propuesta. Es el tiempo, el tiempo siempre es hoy.

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