En el CEN, la alimentación es un elemento fundamental para apoyar los cambios y el proceso de sanación.
Intentamos construir menús alimenticios de acuerdo a las situaciones específicas de las personas y/o de los grupos.
En general, el menú es vegetariano, no utiliza alimentos que pueden dañar la salud, afectar el proceso de digestión o profundizar problemas comunes en la actualidad como: hipertensión, digestión lenta, gastritis, hígado graso, cálculos, entre los principales. Así, no utilizamos grasas saturadas, azúcar blanco, harina blanca, colorantes o preservantes.
Un elemento importante es que el proceso de digestión se vuelve lento y pesado mientras más alto nos encontremos sobre el nivel del mar. El CEN Garupamba se encuentra a 3.000 m.s.n.m. por lo que también hemos ido encontrando cuáles son aquellos ingredientes que son difíciles de digerir en la altura y los evitamos o utilizamos en mínima cantidad: ajo, cebolla, granos secos o maduros (porotos o frijoles, habas, lentejas), leche, grasas saturadas, col, brócoli, pepino, entre los principales.
La dieta andina está constituida principalmente por granos (leguminosas), entonces consumimos sí, granos tiernos, y los maduros los dejamos para el último día de cada grupo en el CEN, pues son deliciosos y muy nutritivos (contienen mucha proteína).
Por otra parte, se busca que el menú que se prepara cada día contribuya creativamente para cambiar los hábitos alimenticios en la vida cotidiana, entonces buscamos recetas con alimentos andinos que se están perdiendo, que son muy nutritivas y cuyo costo es bajo; así, las personas que vienen al CEN, pueden encontrar ideas para su alimentación cotidiana, una vez que regresen a sus lugares; la quinua, la cebada, los granos tiernos, diversas verduras, las papas, el ají con tomate de árbol, son alimentos que nunca faltan en el menú del CEN.
En el CEN hemos sembrado y cosechado: papas de diversos tipos, ocas, mashuas, mellocos, habas, arvejas, maíz, verduras (rábano, lechuga, acelga, cebolla). En pequeños espacios dentro del bosque tenemos huertos orgánicos en donde probamos diversos cultivos con el fin de adaptar algunas especies a la altura y conservar otras, como las habas y las papas, que crecen bellas y fuertes a los 3.000 m. s.n.m. Esperamos en el futuro diversificar las semillas y productos que crecen allí.
En cuanto a las bebidas, en el bosque del páramo existen infinidad de plantas medicinales por lo que hacemos agüitas que también apoyan para una estadía confortable: cola de caballo, gañal, shilpalpal, payana, son las propias del cerro; pero también hemos sembrado: manzanilla, cedrón, romero, menta, hierba buena. De acuerdo a la ocasión, a la temperatura ambiental y a los ánimos, se hacen las agüitas y quienes desean las endulzan con panela o miel.
Unos pocos panales nos han regalado una miel deliciosa con sabor a flores del bosque, el clima frío y la altura hacen difícil la ampliación de colmenas, pero, ahí están las abejas, trabajando incansablemente; entonces, en algunas épocas del año, podemos probar este manjar.
Los desayunos son la principal comida del día, frutas de la sierra y de la costa de temporada; yogourt natural, miel de abeja o de caña, granola hecha en casa (germen de trigo, ajonjolí, avena entera, linaza, pepa de sambo, pasas, nueces entre otros, son los ingredientes de esta granola), leche de soya, pan integral horneado en leña, mermeladas de diversas frutas, y alguna receta ecuatoriana para acompañar con un poco de sal: tamales, chihuiles, chumales o tigrillo. Desayunar en calma, contemplando las montañas y las nubes bajas, sabiendo que estamos alimentando nuestro cuerpo muy nutritivamente, es un verdadero regalo.
Las personas que nos visitan no extrañan para nada las carnes o las grasas, saben que el tiempo que estén en el CEN, será aprovechado para hacer una pausa en todo sentido y entonces, no hay sacrificio sino aprendizaje.
Estamos preparando un recetario con plantas medicinales del bosque y otro con las recetas que más gustan a quienes nos visitan. Encuéntrelos próximamente.