Sandra López A.
Hace aproximadamente 200.000 años se extinguió una de las especies que más recuerda el planeta tierra: la especie humana conocida también como homo sapiens sapiens (¿doblemente sabia?); 65 millones de años antes había desaparecido otra especie mucho más grande, los dinosaurios, sin embargo, a pesar de esto la especie humana se pensó eterna. Mil quinientos millones de años antes de su surgimiento en el planeta, los primeros organismos multicelulares (grypania spiralis) habían sido la continuación intempestiva de un proceso evolutivo que inició hace más de 13 mil millones de años cuando el universo comenzó su expansión a partir del evento conocido como Big Bang.
El paso de la especie humana en el planeta fue, digamos, felizmente fugaz. De hecho, cuando se habla de una historia de más de 4 mil millones de años desde que se formó la tierra, una especie que no subsistió más allá de 400.000 años, representa una proporción de 1 en 10 mil, lo cual es realmente ínfimo.
Hoy, la especie humana es recordada como aquella que, habiendo sido llamada “homo sapiens sapiens” terminó su paso por la tierra como “homo devastant domum”.
Pero conozcamos cómo logró la especie humana culminar su propósito, no expresado directamente, de autodestrucción:
– Consumió muchos más bienes de los que necesitaba para cubrir sus necesidades humanas esenciales.
– Utilizó su inteligencia y capacidad creativa para desarrollar las más sofisticadas armas de guerra y destrucción, así como todo tipo de tecnología que lejos de aportar al cuidado de su entorno y de su casa, el planeta tierra, solo sirvió para destrozarlo.
– No valoró la diversidad de la vida en todas sus formas, un claro ejemplo fue la violencia y matanza de las mujeres (hembra de la especie cuyo aporte biológico para la reproducción era fundamental), a manos de sus parejas, mayoritariamente hombres (macho de la especie).
– No cuidó el agua dulce, líquido vital para su existencia biológica; habiendo conocido con exactitud la importancia de este líquido y la cantidad limitada de su existencia en el planeta, no dudó en contaminarla hasta que finalmente desapareció. Los ríos y mares se convirtieron en vertederos de basura tóxica y de contaminantes industriales.
– Se reprodujo mucho más allá de la capacidad de las áreas fértiles del planeta para garantizar alimentación, agua, aire y convivencia pacífica, generando una superpoblación no sostenible en las condiciones de la tierra.
– Sus colonias, llamadas ciudades habían crecido en los últimos años en un ritmo tan acelerado que era imposible la garantía de una vida digna para sus especímenes.
– No cuidó el aire, cuyo componente esencial, el oxígeno era vital para su respiración, es decir para mantener la vida. Mató todas las formas de vida capaces de limpiar el aire y de generar oxígeno: árboles, plantas, flores, bosques tropicales, bosques húmedos, manglares. Hacia los últimos años de su existencia en el planeta, toda la vegetación endógena de las zonas tropicales y húmedas había desaparecido.
– Descuidó el tratamiento de los deshechos tanto biológicos como materiales que generaba, provocando con ello la contaminación del agua, la activación de las grandes fallas geológicas de la tierra y la generación de una cantidad de basura que equivaldría a lo que hoy es el continente perdido del norte.
– Extrajo los metales y minerales del subsuelo, sin considerar el equilibrio y la composición química del planeta, hasta reducir al máximo el campo electromagnético que garantizaban estos metales mientras se mantenían en el interior de la tierra.
– La especie humana se organizó en grupos/colectivos y dividió con líneas imaginarias el planeta, de manera que los diversos especímenes no podían movilizarse libremente, pues cruzar la línea imaginaria se volvió pretexto para la discriminación y la violencia.
– Creó en sus pocos años de vida en la tierra un sistema de intercambio basado en la cantidad de dinero y de oro que tenía una persona; así, mientras más dinero, mayor poder y mayor acceso a beneficios y oportunidades. Aunque difícil de creer, el dinero llegó a significar más que el alimento.
– Debido a su gran ego y a su desconexión con las otras especies y formas de vida del planeta, sobrevaloró el sistema económico en especial el dinero y se despreocupó por completo de la alimentación, la protección, el afecto, el descanso, como necesidades esenciales mínimas que posibilitarían su subsistencia en el futuro.
– Generó subdivisiones al interior de la especie, basadas principalmente en la cantidad de dinero o de metales preciosos que tenía un grupo y otro. Así, mientras un grupo mayoritario (más del 90%) sobrevivía en condiciones de riesgo permanente (hambre, enfermedades, abandono, violencia) el restante 10% vivía con lujos extremos y manejaba el poder solamente para sus intereses.
– Investigó y observó el universo solamente para satisfacción de su ego y ambición, mas no para aportar en el proceso global de evolución y expansión del cosmos.
– Olvidó el acto creativo del planeta que posibilitó su surgimiento y dejó morir la creatividad de las últimas generaciones a cambio del manejo de la poca tecnología que los grandes poderes pusieron al alcance de las masas (el término masas servía para describir a grupos de ejemplares de la especie cuyo comportamiento era similar)
– Olvidó que el universo está en expansión y que cada planeta en este proceso tiene ciclos, con todo su accionar aceleró de manera drástica, muchos cambios que imposibilitaron recuperar el equilibrio en el ciclo de vida de la tierra durante muchos años.
– Olvidó que no era la única especie en el planeta, que el planeta no es el único en el universo, y que el universo no es el único en el cosmos. Ensimismada, no fue consciente de su desaparición.
– Olvidó que todo está conectado, olvidó su relación con los otros seres y las formas de vida en el planeta, olvidó su origen y compromiso con la vida, olvidó que estamos hechos del mismo material de las estrellas y no cuidó su esencia, su aliento, su cerebro, su agua, su energía, su luz.
La gran pregunta que continuamos haciéndonos hasta hoy es ¿por qué?, ¿qué hizo cada ser de esta especie para aportar en su extinción?, ¿qué dejó de hacer para evitar su desaparición?. Aquí estamos hoy, el planeta continua su evolución en medio del cosmos, ¿qué pasó con esas hijas e hijos de las estrellas?
Sandra López (Calmecatl – CEN Garupamba – GAMMA)
Garupamba, Septiembre, 2017