LIBERTAD DE EXPRESION
Por: Sergio Alejandro Vergne (GAMMA)
Martes, 13 de marzo, 2006
Luna llena
El derecho a la libertad de expresión hace parte de los derechos humanos proclamados durante la Revolución Francesa, que consolida para algunos el establecimiento del nuevo orden moderno.
Su formulación fue inspirada en las doctrinas del liberalismo económico y político de filósofos como Montesquieu y Locke frente a las Monarquías Absolutas de Europa, en especial la de Francia. Considera a la sociedad como surgida de un contrato social entre personas con el objeto de garantizar sus derechos individuales e inalienables como, precisamente, el de expresión. Su enumeración era razonable ya que las monarquías absolutas europeas ejercían un gran control sobre las ideas políticas y religiosas de la época. La Bastilla en París era la cárcel para miles de hombres y mujeres cuyo “delito” fue haber expresado públicamente sus ideas científicas, políticas, morales o filosóficas. Es significativo el hecho de que la Revolución se iniciara precisamente con la toma de la Bastilla.
La libertad de expresión incorporada a las constituciones como la nuestra, es un derecho de todas y de todos. Pero con el surgimiento y crecimiento de los medios de comunicación masivos como empresas capitalistas (en el sentido de que su finalidad es el lucro), las grandes empresas dueñas de los medios han resignificado este derecho, haciendo equivaler libertad de expresión con libertad de empresa. Como la libertad de empresa en el mundo capitalista concibe a un Estado que no interviene en el mercado, el derecho a la expresión ha quedado limitado a las posibilidades que se tiene de entrar en un mercado mediático que cada vez es más oligopólico y dependiente de multinacionales y que amenaza incluso la existencia de los medios locales, más cercanos a la ciudadanía.
Así, bajo el capitalismo globalizante van quedando seriamente limitadas la libertad de expresión de las y los ciudadanos y de las y los trabajadores de los medios, a las decisiones de las grandes empresas. En los medios hoy se expresan quienes tienen mayores cuotas de poder económico y político. Y han quedado silenciadas o tergiversadas las voces de los pueblos y grupos que no tienen poder social: trabajadores y trabajadoras, etnias, mujeres, niñas y niños…
Por esta razón van surgiendo en el mundo diversas opciones para el ejercicio del derecho a la expresión, entre éstas los Observatorios de Medios. En Cuenca contamos con un Observatorio Ciudadano de la Comunicación que en el marco del II Salón de la Comunicación realizará un foro abierto a la ciudadanía denominado “Una Ciudad Sin Comunicación Sexista” hoy a las 18 hs en el auditorio de la Corte Superior de Justicia, con el objeto de promover mensajes no sexistas ni discriminatorios y una mejor presencia de las mujeres y otros grupos que son invisibilizados, discriminados o violentados bajo numerosas formas en los medios. Una excelente oportunidad para ejercer nuestro derecho a la libertad de expresión.