Seguridad en la casa, seguridad en la calle
Por: Nidya Pesántez Calle
La seguridad ciudadana es un tema que nos compete a todas las ciudadanos y ciudadanos de cualquier comunidad, país o continente. Por esta razón en nuestra ciudad las mujeres de diversos rincones del país y fuera de él, se dieron cita en el Foro Internacional, “Seguridad Ciudadana y Violencia de Género”, realizada en el marco de la campaña “16 días de acción en contra de la violencia hacia las mujeres”.
Hasta antes de este foro, el debate sobre la seguridad ciudadana ha sido realizado al margen del espacio privado, es decir, al margen de los hogares; hemos dado por hecho que hablar de seguridad en las ciudades y en las comunidades se refiere exclusivamente a lo que sucede fuera de las casas, se analiza únicamente aquello que se vive en las calles. Esto se debe a que partimos de un concepto errado, vemos a la casa como el lugar tranquilo y seguro en el que las personas estamos protegidas; sin embargo, los indicadores sobre violencia doméstica en nuestro país nos muestran otra realidad:
• 4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes de 5 a 17 años afirman haber recibido maltrato de sus padres cuando no obedecen o cometen una falta (fuente SINIÑEZ 2008)
• El 23,8% de las mujeres entre 15 a 19 años han sido víctimas de maltrato físico, 22,5% de maltrato psicológico y, el 27,8% de otro tipo (fuente SINIÑEZ 2008)
• 46% de mujeres (2’455.302 mujeres en todos su ciclo de vida) en Ecuador refieren haber vivido violencia física, psicológica o sexual (Endemain, 2004)
• El 64% de muertes violentas de mujeres registradas en la prensa son por Femicidio, es decir, son mujeres asesinadas por sus parejas (J. Ponton – 2009)
• Según la OMS, la violencia ejercida contra las mujeres es la principal causa de muerte para mujeres entre 15 y 44 años, superando incluso las muertes por cáncer, accidentes de tránsito y malaria
Nos preguntamos: ¿si la familia es la célula de la sociedad y si esta célula es violenta, podemos tener sociedades no violentas? Evidentemente, no.
No podemos hablar de sociedades seguras si las familias que constituyen dichas sociedades no son seguras, si dentro de las familias existe violencia, si la violencia es percibida como un elemento cotidiano que “posibilita disciplinar” a quienes constituyen dicho núcleo humano. Una sociedad segura depende de la construcción de familias seguras.
El compromiso de las personas presentes en el foro y de las expositoras con la construcción de una vida libre de violencia nos da la pauta de que es posible levantar sociedades diferentes, justas, solidarias y sin violencia.