VII SALON DE LA COMUNICACIÓN
Por: Sandra López A. GAMMA
Las mejores leyes son aquellas que la gente conoce y utiliza; mientras los cambios y los pedidos ciudadanos se guarden delicadamente en papeles o en archivos digitales, ningún marco legal será suficiente para que las personas ejerzamos nuestros derechos.
El derecho a la comunicación es una tema actual y de mucho interés en las agendas políticas de muchos países en Latinoamérica; en Ecuador, la Ley de comunicación al no encontrar vía para su promulgación, ha colado uno de sus principales puntos de debate en la próxima consulta popular. ¿Quién debe regular a los medios de comunicación? es la pregunta clave y el centro de la discusión. En Cuenca existe un espacio probado para la participación y regulación en esta materia.
Nuestro marco legal, desde 1998 reconoce y garantiza derechos en los medios de comunicación, por ejemplo, regula la producción para evitar la discriminación o la violencia; sin embargo en la práctica, esto no se traduce. Los contenidos de los mensajes de los medios (en su diferente programación y formatos: noticias, entretenimiento, publicidad, etc.), continúan presentando de manera estereotipada a un grupo de personas; es decir, continúan presentando modelos aparentemente fijos e inmutables para mujeres y para hombres, mujeres en la casa, hombres en la empresa; mujeres vanidosas o madres, hombres fuertes y libres; los mensajes en los medios continúan sin presentar a las personas en su diversidad. Continúa la burla y el humor basados en la discriminación y en las diferencias.
Mientras el artículo 19 de la Constitución 2008 (artículo 80 en la Constitución del 98) expresa claramente que “se prohíbe la emisión de publicidad que induzca a la violencia, la discriminación, el racismo, la toxicomanía, el sexismo, la intolerancia religiosa o política y toda aquella que atente contra los derechos”; en la práctica sucede generalmente lo que está prohibido.
En Cuenca, se ha creado y fortalecido desde el año 2004 un espacio ciudadano en el que la regulación la hacen las personas, un espacio de participación directa y de opinión crítica; un espacio de aprendizaje, debate y reflexión. Cada año, se abre una muestra de mensajes publicitarios seleccionados de entre todas las denuncias recibidas durante el año, con base en los estudios técnicos de mensajes.
En este espacio, el Salón de la Comunicación, la ciudadanía da su voto por aquellos mensajes que no están permitidos por la Constitución 2008, por el sexismo, la discriminación y la violencia que transmiten, pero también se selecciona aquellos a cuyos equipos de producción se debería felicitar por el aporte que hacen para una mejor sociedad.
El próximo lunes 14 de marzo, se inaugura una nueva edición del Salón de la Comunicación en nuestra ciudad en su edición número 7, y estará abierto al público durante toda la semana. La regulación es producto de la participación, única garantía de la democracia.