Es necesario romper la lógica del sistema capitalista cuya alianza con el patriarcado es consustancial. Por lo tanto un primer elemento en este tema es darle valor a ese trabajo al cual el sistema no le da valor: La casa. Qué hacer para darle valor?, comencemos por cambiar nuestro lenguaje cuando nos referimos a ese trabajo, no es cualquier trabajo es EL trabajo con mayúsculas, que permite que toda la sociedad funcione.
De privilegios y aliados 21.11.2020
Por: Sandra López. GAMMA
Buenas tardes
Esta es una de aquellas excepcionales situaciones en las que
el nombre del evento podría no requerir el uso de lenguaje en masculino y
femenino; sin embargo, creo necesario afirmar que en la segunda parte del
nombre aún es necesario hablar de alianzas; porque el movimiento de mujeres no
necesita solamente aliados, sino también aliadas; y después de haber escuchado
varios discursos de autoridades en la ciudad en estos días de activismo, estoy más
segura todavía de que necesitamos de aliados y de aliadas…
El movimiento feminista necesita alianzas, porque no todas
las mujeres somos feministas, y porque claro, necesitamos de manera totalmente
urgente juntar a los hombres en esta causa que es social, y que va más allá de
mujeres u hombres, pues tiene que ver con el futuro de la especie humana en el
planeta.
Pero no es mi intención quedarme en este análisis de género
en el lenguaje.
Así es que sin más preámbulos hablemos de los privilegios,
para luego pasar a los aliados.
Yo no comparto la afirmación de que con el machismo pierden
mujeres y hombres; sobre todo, no estoy de acuerdo en que la pérdida sea igual
para unas y para otros. Definitivamente y como pretendo sustentar, las mujeres
y con mucha distancia, pierden mucho más que los hombres, no es otro el origen
de la palabra patriarcado que significa el imperio o predominio del patriarca,
es decir, de los hombres.
Unas pocas cifras permitirán sostener lo planteado[1]:
Las mujeres somos el 51% de la población en el mundo; un 70%
de esas mujeres en el mundo están en situación de pobreza.
Del total de presidencias en el mundo, en la actualidad,
solamente un 9% están ocupadas por mujeres; y en los parlamentos, representamos
únicamente el 24%.
En la historia ha habido 56 primeras ministras o presidentas
de aproximadamente 4.000, sin contar reyes, emperadores y otros monarcas.
Somos 6 de cada 10 estudiantes son universitarias, 3 de cada
10 docentes, 1 de cada 10 autoridades y
1 de cada 10 investigadores/as.
13% de presidencias de empresas ecuatorianas son ocupadas
por mujeres.
En Ecuador, las mujeres trabajan 17 horas más por semana que
los hombres; en el ámbito urbano 23 horas en el área rural.
Globalmente, los salarios de las mujeres son un 20% más
bajos que los de los hombres por exactamente el mismo trabajo.
Las mujeres y las niñas son responsables de recolectar el
agua en el 80% de los hogares que no tienen agua corriente.
El cambio climático tiene un impacto desproporcionado en las
mujeres, las niñas y los niños, dado que es 14 veces más probable que fallezcan
durante un desastre que los hombres.
En el mundo, la violencia de género mata más mujeres que el
cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico, el paludismo y todas las guerras
juntas.
4 mil millones de dólares es el costo mundial de la
violencia hacia las mujeres; representa el 5,2 del PIB mundial.
15 millones de niñas y adolescentes en el mundo, han sufrido
violaciones.
Según la última encuesta de violencia contra las mujeres en
el Ecuador, presentada el día 25 de noviembre pasado, 65 mujeres de cada 100
han experimentado algún tipo de violencia de alguno de los distintos ámbitos de
la misma, a lo largo de su vida. (En la encuesta pasada se hablaba de 60)
En el caso del Azuay, la cifra se ha elevado considerablemente
desde la medición anterior en el año 2011. 79 mujeres de cada 100 mujeres; es
decir, casi 8 de cada 10 sufren violencia. Siendo el Azuay, la provincia donde
más violencia se percibe.
4 de cada 10 mujeres han sufrido violencia física y 3 de
cada 10 violencia sexual.
En el Ecuador, hay un femicidio cada tres días.
En Latinoamérica 7 de cada 10 mujeres han sufrido abuso
sexual antes de los 16 años.
Cada día, 8 niñas y adolescentes de 10 a 19 años se vuelven
madres, siendo el Ecuador el tercer país de la región con la tasa más alta de
embarazo adolescente.
Hasta aquí y casi sin respiración, termino las estadísticas.
Los datos descritos deberían ser suficientes como para que cualquier
persona se espante y se pregunte cuál es su papel en la perpetuación de esta
situación, si lo tiene o no, qué está pasando, cómo puede una sociedad vivir
así, cómo puede un país prosperar y cómo puede una especie vivir con esta brutal
desventaja de las mujeres frente a los hombres.
La lógica debería bastar para que toda la sociedad, mujeres
y hombres nos pongamos en alerta y definamos decididamente que esto no puede
seguir así; sin embargo, no es tan fácil.
La estadística descrita, es la consecuencia de un sistema en
el que desde que nacemos hasta que morimos nos enseña a través de sus distintas
instancias cómo debemos comportarnos.
Por qué es difícil darse cuenta de que en nuestra sociedad
un 49% de la población tiene privilegios solo por el hecho de vestir de celeste
al nacer?, podría utilizar otra descripción más prosaica, pero prefiero
utilizar la metáfora.
¿Entonces qué significa vestir de celeste en nuestra
sociedad?
En pocas palabras,
- tener más oportunidades laborales pues no te
preguntarán si eres casado o no; tampoco tomarán en cuenta si estás o no en
edad reproductiva
- tener un mayor salario que las mujeres, solo
por… vestir de celeste al nacer; si no pregunten por los jornales en la
agroindustria, en el sector de servicios o de infraestructura.
- A pesar de tener muchas más probabilidades de
ser padres que las mujeres de ser madres, socialmente la responsabilidad sobre
los hijos no está sobre sus hombros
- tener una palabra con mayor valor que la de las
mujeres, pues nosotras, según el estereotipo social, somos chismosas,
exageradas, mentirosas y otros calificativos que no son aplicables a los
hombres según este nuestro sistema patriarcal, y por lo tanto, su palabra tiene
mayor valor: “palabra de hombre” decía el dicho
- así mismo, tener un temperamento más confiable
que las mujeres para ciertas cosas, sobre todo las importantes; nosotras (y
nuevamente según el estereotipo social) somos volubles, histéricas,
caprichosas, nos dejamos llevar por las emociones, sobre todo en “esos días”;
no así los hombres, quienes según el mismo estereotipo social, son serios,
serenos, moderados, ecuánimes, calmados a la hora de decidir
- vestir de celeste al nacer, también significa, tener
mayor autonomía que las mujeres en todos los campos; pueden ser candidatos sin
tener que preocuparse de qué pasará con su familia durante la campaña y
mientras dure su cargo, en caso de ganar; horas y horas de viajes y actividades
públicas sin tener que gastar energía pensando en la casa; tampoco tendrán que encargarse
de los elementos básicos del cuidado de su familia si tienen un viaje de
negocios o un seminario de capacitación; cuando se encuentren en una reunión
importante de trabajo y sea la 1 de la tarde, no tendrán en mente qué pasará
con sus hijos si llegan a casa y no hay nadie para recibirles; tampoco pensarán
en ese momento si la comida estará lista para sus hijos; definitivamente
cuentan con que sea así… generalmente una mano invisible, como por arte de
magia tendrá solucionados todos esos temas y problemas menores; de igual
manera, el viernes no tendrán que pedir permiso para salir con los amigos; o el
fin de semana para prácticar deportes; se lo merecen después de una ardua
semana de trabajo… por lo tanto, autonomía en todo sentido
- lo anterior va de la mano con el hecho de no
tener que preocuparse por el funcionamiento cotidiano de la casa: lavado de
ropa, preparación de alimentos, limpieza de pisos, etc; si son hijos, sus
hermanas o su madre estarán para atenderle; si son padres, su esposa (así
literalmente hablando) estará lista para que nada le falte, así como sus hijas,
en caso de haberlas.
- Pueden caminar por la calle sin miedo a que los
acosen, los toquen o los violen. Pueden caminar tranquilamente frente a una casa
en construcción y nadie se volteará para observarlos, silbarles o decirles
palabras ofensivas disfrazadas de “piropos” hasta que se pierdan de vista
- Tendrán mayor oportunidades para estudiar… si
están en el campo serán los elegidos para continuar sus estudios; las mujeres
no, ellas tienen que ser de la casa y para la casa
- Para venir a la universidad no tienen que pensar
por dónde caminarán, qué ropa deben usar, cuál será la hora máxima para
regresar; la seguridad en la calle frente a la violencia sexual no es un tema
que ocupe su pensamiento
- Tampoco tendrán que pensar si el profesor les va
a acosar o si cuando les llame para algún trabajo les hará otro tipo de
propuesta…
Por supuesto los ejemplos nombrados parten del estereotipo
social que más conocemos y asignamos a mujeres y a hombres en la actualidad; y
son ejemplos que generalizan, hay casos particulares y diferentes,
lamentablemente son muy pocos.
Hemos hablado de la situación real; hemos descrito
someramente los privilegios, estoy segura de que ustedes podrán enumerar muchos
más. Por lo tanto, privilegios, los tienen y son muchos.
Entiendo que el público aquí presente tiene ya un mínimo
acercamiento a lo que estoy planteando; así es que sin más detalle, pasaré
ahora a la parte final que busca plantear cómo pensamos que se puede afianzar
la alianza de los hombres al movimiento feminista.
Un primer elemento es que yo pienso que puede y debe haber
hombres feministas; si no no estaría aquí hoy.
Y luego, como propuestas para que esa alianza de los hombres
sea mayor cada vez y por supuesto que logremos mayor incidencia social, me
permito poner en su consideración lo siguiente:
- Es necesario romper la lógica del sistema
capitalista cuya alianza con el patriarcado es consustancial. Por lo tanto un
primer elemento es darle valor a ese trabajo al cual el sistema no le da valor:
La casa. Qué hacer para darle valor?, comencemos por cambiar nuestro lenguaje
cuando nos referimos a ese trabajo, no es cualquier trabajo es EL trabajo con
mayúsculas, que permite que toda la sociedad funcione; que niños y niñas vayan
limpios a la escuela; que los hombres vayan a las fábricas o a las
construcciones con fuerza y salud; que permite en fin, que toda la fuerza de
trabajo de este sistema esté sana y en perfectas condiciones para producir… es
decir, no es poca cosa, por lo tanto; cambiemos el lenguaje; el paso siguiente
sería darle valor a ese trabajo, porque el sistema actual en el que vivimos, no
entiende otro lenguaje sino el del dinero y los costos; sin embargo, cuando se
incorpore en la cuenta nacional el valor del cuidado, el sistema tendrá que
cambiar su lógica de costos. Entonces desde la Academia, es necesario
profundizar con investigación en este campo, desarrollar nuevos indicadores
indicadores del afecto, de la creatividad, de la solución de problemas
cotidianos, del apoyo, del cuidado, de la escucha; de tal manera que tengamos
un valor diferente y más aproximado de lo que aporta actualmente el trabajo de
la casa al presupuesto total del país; seguro que nos sorprenderemos; pero en
este mismo tema; es necesario que los hombres, sin miedo a que se les caigan
las manos (U otra cosa) hagan el trabajo de la casa, con la misma calidad,
perfección, con los mismos temas y permanencia con que lo hacemos ahora las
mujeres; será la única manera de disminuir esas 17 horas más de trabajo que
hacemos las mujeres por semana en el Ecuador. Por lo tanto, la primera cosa es ser
parte totalmente y no solo como apoyo temporal, una vez a la semana o en el día
de la madre, del trabajo de la casa, del trabajo de los cuidados. Desde nuestra
perspectiva, este abordaje puede realizarse a partir de la propuesta del
Desarrollo a Escala Humana que no mide con la lógica de la economía tradicional
del capital; sino desde una mirada humana, desde las necesidades humanas
esenciales: afecto, protección, subsistencia, identidad, conocimiento,
participación, ocio, creación, trascendencia y libertad.
- Una segunda propuesta que también parte desde la
perspectiva de desarrollo a escala humana es la necesidad de conformar alianzas
operativas para la protección, redes de cuidado y de activación conformadas por
grupos de hombres contra la violencia; para evitar la violencia de todo tipo;
podemos frenar la violencia simbólica si evitamos hacer chistes o bromas
sexistas; si cambiamos nuestro lenguaje y usamos palabras inclusivas sin miedo;
también si en nuestra práctica educativa o profesional en cualquiera de las
ramas, evitamos el uso de estereotipos de género; así mismo podemos frenar la
violencia psicológica si dejamos de reir cuando alguno de nuestros amigos
ofende a su compañera o intenta relatar aspectos íntimos de su relación sin el
consentimiento de su pareja, por ejemplo; podemos y debemos actuar cuando
conocemos o estamos cerca de casos de violencia física o sexual. Por supuesto
estoy haciendo propuestas partiendo del supuesto de que ustedes hombres aquí
presentes, serían incapaces de cometer este tipo de violencia física o sexual…
espero no estar equivocada. Se puede conformar redes de protección y grupos de
hombres contra la violencia en eventos masivos… ahora que viene el día de los
inocentes y las comparsas, la Universidad de Cuenca puede dar el ejemplo si
coloca el tema de “frenar el abuso sexual y el acoso en la calle” durante este
evento… las denuncias han crecido en los últimos años… es momento de actuar,
ustedes pueden hacerlo. En este mismo ámbito les invito a ser promotores entre
sus pares para evitar la violencia sexual. Cuando una mujer dice no, es no.
- Conformar círculos de reflexión y de sanación
entre hombres; y por favor, no nos exijan a las mujeres que seamos quienes les
inviten; es un mínimo de consideración que esperamos de ustedes.
- La siguiente propuesta que les haría, es una
invitación a que sean ustedes también, los hombres los que se responsabilicen
de su capacidad reproductiva. Si por ejemplo, un hombre tiene relaciones
sexuales con quince mujeres en un año;
las quince mujeres podrían quedar embarazadas; en cambio si una mujer
tiene relaciones con quince hombres en el año; primero que sería juzgada
tremendamente y segundo, que solo podría quedarse embarazada una vez en ese
año. Conclusión: Quince nuevos hijos en un mundo superpoblado a causa de que
este hombre no se cuidó.
- Por último, les invito a participar sin miedo en
todas las acciones emblemáticas por los derechos de las mujeres; y les pido no
alejarse o resentirse si alguna compañera les critica, les pide tomar distancia
o les exige más; todas las estadísticas que compartí al inicio tienen como
consecuencia que las mujeres, no confiemos en los hombres, para nosotras, la
palabra de hombre no es tal; porque el compañero, esa pareja que nos prometió
amar y respetar el resto de la vida, cada día nos está matando, literal y
figurativamente; entonces les pido que entiendan la desconfianza; y justamente
por eso, les invito a que se integren sistemáticamente y sin cansarse, para
fortalecer las acciones del movimiento feminista, como hombres aliados a ese
movimiento enorme y diverso que continúa creando para construir diariamente esa
sociedad libre de violencia que todas y todos queremos.
Por supuesto que habrán muchas más ideas; desde nuestra
perspectiva estas que he planteado son como un punto de partida.
Finalmente quisiera comentar que para nosotras el tema de
las etiquetas es lo de menos cuando estamos en un punto de la evolución en
donde lo que está en juego no es si me invitan o no a una reunión, de si soy
más o menos feminista, de si me ves con mala cara cuando llego, de si ya me han
cambiado estas mujeres o de si soy exagerado porque digo todos y todas; es la especie
humana la que ha llegado a un punto en el cual o cambia su manera de
relacionarse (y aquí hablo de hombres y de mujeres) para buscar un nuevo
contrato social en donde se practica la confianza, el afecto, el respeto a la
diversidad, la solidaridad, el cuidado; y lógicamente cambia su relación con la
naturaleza, bajo las mismas claves, porque somos parte de ella; o
definitivamente, no tendremos muchos años más de vida en el planeta porque el
proceso evolutivo seguramente sabrá qué hacer frente a nuestra estupidez.
[1] GMMP,
Banco Mundial, PNUD, WomenCEO, ONU, INEC,
GK City, CEDHU, BBC, Castro (UCuenca), Deloitte, IAHF, OIT, Deer, OMS, FAO.