FINALMENTE EN EL TAPETE
Por: Sandra López – GAMMA
Martes, 4 de abril 2006
Luna en cuarto creciente
Después de muchos meses de negociación discreta a cuenta de algún tipo de voto de silencio, finalmente el TLC está en los medios de comunicación.
La exigencia de todas las personas es tener información, cómo se puede emitir un criterio si no se cuenta con todos los elementos de juicio. Grupos a favor, grupos en contra, grupos desinformados, grupos desinteresados, grupos optimistas, grupos pesimistas. En los medios de comunicación se escucha ahora entrevistas, foros, debates, encuestas, todo sobre el TLC. Sin embargo, la avalancha de información a estas alturas aparentemente no detendrá el camino recorrido; a decir de las personas cercanas al proceso, el famoso Tratado estaría a punto de firmarse. Cabe preguntarnos entonces, ¿de qué sirve la información en este momento?, la comunicación en el caso del TLC no habría cumplido su rol fundamental de creación de comunidad, de opinión y de toma de posición. El tema está en la agenda pública, los medios no dejan de hablar del TLC, ¿para qué?, no para generar debate, ya no es tiempo, se busca más bien que la gente conozca lo que viene y concluya “no podemos quedarnos fuera”.
Una vez en este punto no tenemos tiempo para conocer las reales implicaciones del TLC en corto, mediano y largo plazo, lo que sí podemos es sacar nuestras propias conclusiones con las evidencias que hemos presenciado a través de los medios.
Como todo en la vida, el TLC tiene dos caras, para algunas personas una es positiva y otra negativa; sin embargo, estas caras pueden ser una de ganancia y otra de pérdida. Quienes defienden el TLC hablan de aspectos positivos y negativos, explican que como todo proceso, hay que realizar algunos sacrificios a cambio de grandes beneficios (¿ganancias?); quienes lo rechazan en cambio, no encuentran una cara positiva del TLC, lo que encuentran es más bien un creciente abismo entre la situación económica actual (pobreza) y la que vendrá con el TLC (indigencia), es decir, el TLC para este grupo representa la riqueza extrema reducida a un grupo cada vez más pequeño y la pobreza ampliada a la gran mayoría de la población.
Si nos detenemos un momento para analizar los argumentos de un grupo y de otro, no es difícil saber quiénes serán los beneficiados. Alguien decía por allí que para saber si una propuesta es buena o mala debemos “seguir la ruta del dinero”. ¿Quién nos propone (impone) el TLC?, ¿quiénes están a favor del TLC?, ¿son aquellos grupos empobrecidos cuyos ingresos se verían seriamente afectados cuando comience el libre comercio?, o por el contrario, ¿son aquellos representantes de empresas y negocios “florecientes” que verían incrementadas sus ganancias y que muy contentos con la flexibilización laboral cada vez se desentenderían más de sus obligaciones laborales… humanas y tributarias?
Cuando finalmente el tema del TLC está en el tapete, nos toca tomar partido, el plazo se está terminando.