DIA DE LA NO-VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES
Por: Sergio Vergne-GAMMA
Fecha: 22 de noviembre, 2005
Luna menguante
La solicitud para establecer el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer fue presentada a la ONU en 1999 con el apoyo de más de 60 gobiernos. El origen del 25 de noviembre se remonta a 1960, año en el que las tres hermanas Mirabal fueron violentamente asesinadas en la República Dominicana por su activismo político, convirtiéndose en el máximo exponente de la crisis de violencia contra la mujer en América Latina. Esta fecha fue elegida para conmemorar sus vidas y promover el reconocimiento mundial de la violencia de género.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, la define como ‘todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico. Incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada’.
Según la Organización Mundial de la Salud, los tipos de violencia que se ejercen sobre las mujeres en las diferentes fases de su vida son: Pre-natal: abortos selectivos según el sexo; efectos sobre el recién nacido de la violencia durante el embarazo. Infancia: abuso físico, sexual y psicológico; infanticidio femenino. Niñez: abuso físico, sexual y psicológico; incesto; prostitución infantil y pornografía. Adolescencia y vida adulta: violencia durante el noviazgo; sexo forzado; incesto; abuso sexual; violaciones; acosamiento sexual; prostitución y pornografía forzada; tráfico de mujeres; violencia conyugal; violación marital; abuso y homicidio; abuso psicológico; embarazos forzados. Vejez: ‘Suicidio’ forzado u homicidio de viudas por razones económicas; abuso físico, sexual y psicológico.
En el ámbito privado, dependiendo de cada país, de un 25 a un 75 % de las mujeres son maltratadas físicamente en su hogar. En Ecuador, según la Encuesta Demográfica y de Salud Materna e Infantil publicada este año, 4 de cada 10 mujeres alguna vez casada o unida reportó que había recibido maltrato psicológico o físico de parte de su pareja y el 10 por ciento de las mujeres de 15 a 49 años manifestó que había experimentado alguna forma de violencia sexual.
En el ámbito público, el contexto social actual: tratado de Libre Comercio para las Américas; base militar norteamericana en Manta; salario mínimo vital que no alcanza para cubrir las necesidades básicas del 80 % de la población del Ecuador; insultos, golpes, humillación hacia las mujeres; denigración y tergiversación de las mujeres en los medios masivos; son factores que – según manifiesta el Cabildo por las Mujeres del Cantón Cuenca- también ejercen violencia contra la mujer.
Es imposible estar ajenos a estas formas de violencia ya que se expresan en las redes sociales de las que somos parte. Por ello, debemos construir una cultura de paz y de justicia.
15 DE NOVIEMBRE DE 1922
15 de noviembre de 1922
Por: Sandra López. GAMMA
Fecha: 15 de noviembre, 2005
Luna llena
Como trabajo de expresión oral y escrita, pedí a los/as estudiantes de primer año de bachillerato que escriban sobre el 15 de noviembre de 1922. El 90% de la clase no encontró información y me preguntó que dónde se puede buscar. Me pidieron además que les de alguna pista para buscar información porque no sabían de qué se trataba la fecha.
A manera de pistas, vale la pena saber que existen fechas que no deben ser olvidadas en nuestro país ni en ninguno de los países que luchan por la dignidad de sus pueblos.
Amaneció el 15 de noviembre de 1922, se desarrollaba la primera huelga general en el Ecuador. En Guayaquil, centro industrial y comercial del país, miles de obreros decidieron paralizar todas las actividades: trabajadores de la cervecería, las piladoras, la jabonería, el transporte, los ferrocarriles; zapateros, sastres, panaderos. El paro se había iniciado en días anteriores, paulatinamente se fueron sumando más y más obreros y obreras. ¿Cuáles eran sus demandas?, las mismas ayer, las mismas hoy: mejores salarios, mejores condiciones de vida. Disparos a sangre fría fueron la única respuesta que recibieron.
Las primeras víctimas fueron las obreras del comité femenino “Rosa Luxemburgo” que encabezaban la marcha. De la participación femenina se destaca la acción de Tomasa Garcés y la “Negra” Julia, ellas impregnaron con su testimonio una de las páginas más importantes en la lucha de las mujeres obreras de América Latina. Tomasa, esposa de un dirigente ferroviario, junto con sus hijos, se recostó sobre las rieles de la locomotora para evitar que los trabajadores cedan a las presiones y rompan la huelga. Muchos compañeros y compañeras se le juntaron y la huelga se fortaleció. Ante estos eventos, los soldados se enfurecían cada vez más y como estaban amparados por un “Espero que mañana a las seis de la tarde me informará que ha vuelto la tranquilidad a Guayaquil, cueste lo que cueste, para lo cual queda usted autorizado” explicitado por el presidente Tamayo. Por más de una hora, en el centro de la ciudad se escuchó solo el sonido de las balas.
La siguiente interrogante fue qué hacer con tantos cuerpos (se habla de 5.000 muertos), se ordenó que sean botados al río, pero “llenos de piedras para que no floten”. Unos días después, sobre el río Guayas flotaban cruces. Nadie sabe quién puso las primeras, luego se multiplicaron. Según Joaquín Gallegos Lara, éste era un homenaje para las víctimas que no pudieron recibirlo aquella noche, la del 15 de noviembre de 1922.
¿Somos Tomasas o rompemos filas, nos acostamos en las rieles o caemos directo en las trampas que son colocadas cada día para que la huelga se rompa?. No enterremos los hechos con piedras, deben flotar para la historia, como ejemplo y bandera.
En época de refundar el país, en tiempos de Constituyente, las obreras y los obreros caídos el 15 de noviembre nos marcan el camino. Mientras la situación no cambie, las cruces sobre el agua seguirán flotando.
DECLARACION DE INDEPENDENCIA
Declaración de independencia
Por: Sergio Alejandro Vergne – GAMMA
Fecha: 8 de noviembre, 2005
Luna creciente
Un 3 de noviembre de 1820 Cuenca declaró su Independencia de España. El mismo grito emancipador resonó en toda América Latina a lo largo del siglo XIX. Estas manifestaciones fueron gestadas por las burguesías criollas de entonces, surgidas a la luz del proceso de mundialización incipiente del capitalismo. Inglaterra, en su creciente desarrollo industrial, necesitaba del “libre comercio” con las colonias para proveerse de materias primas. Las colonias, a su vez, necesitaban liberarse de las trabas aduaneras que la corona española les imponía para comercializar sus materias primas y algunas manufacturas con los países industrializados.
Independencia, por tanto, de España pero, inmediatamente, dependencia del capitalismo mundial liderado por Inglaterra. Los sectores beneficiados fueron las burguesías criollas terratenientes, dueñas de los campos desde donde se proveía a Europa de cacao, bananas, frutas, metales, carne, trigo, cuero, etc Al interior de los estados latinoamericanos ya “libres” de la Corona, los sectores campesinos e indígenas continuaron bajo la dominación de estas oligarquías y burguesías criollas, y protagonizaron durante el siglo XX junto al movimiento obrero, grupos de intelectuales, jóvenes (constituidos en un nuevo actor social hacia los años 70) y movimientos de mujeres numerosos procesos de reivindicaciones sociales, revueltas y revoluciones.
Ya en el siglo XX, el capitalismo mundial pasó de manos de Inglaterra a manos de los ganadores de la 2° Guerra Mundial: EEUU y la URSS. Esta última, luego de haber convertido su revolución bolchevique en lo que Poulantzas definió como capitalismo estatal, no pudo sostener sus propias contradicciones y terminó desplomándose a finales del siglo.
El siglo XXI nos encuentra, entonces, ante un nuevo momento del capitalismo imperialista liderado por EEUU, denominado “globalización”. Su estrategia frente a América Latina consiste actualmente en el apoyo a las democracias restringidas y tuteladas de la región donde millones de latinoamericanos son excluidos de las tierras, las fabricas, la educación, la salud, los alimentos, los recursos naturales y las decisiones políticas; promoviendo la conformación del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y las firmas de Tratados de Libre Comercio que constituyen verdaderos contratos de libre disponibilidad de EEUU sobre nuestras soberanías, territorios y riquezas.
Ante esta nueva situación de coloniaje, los ecos de aquel grito de Independencia hoy se escuchan con mayor fuerza. Es el grito de las movilizaciones populares surgidas en Ecuador, Argentina, Perú y Bolivia durante la última década que terminaron echando a gobernantes que no representaban los intereses de la mayoría. Y es el grito de Independencia que resuena nuevamente, cuando miles de latinoamericanos y los presidentes de Venezuela y el MERCOSUR (países que representan el 75 % del PBI de la región) se manifestaron recientemente en la Cumbre de las Américas contra el ALCA, el TLC y la militarización que quiere imponer los EEUU, haciéndola fracasar.
En noviembre también, pero del 2005, ¡las voces independentistas se alzan en América!
DIA QUE SIEMPRE LLEGA
DIA QUE SIEMPRE LLEGA
Por: Nidya Pesántez C.(GAMMA)
Fecha: 1ª de Noviembre, 2005
Luna menguante
“Has de saber que hay una ciencia provechosísima, que supera a todas las demás: la de aprender a morir…” Horologium Sapientiae.
Sin embargo, la muerte ha sido relegada de nuestra cotidianidad, la negamos, cerramos los ojos a su presencia aún cuando nos acompaña siempre. Claro síntoma de esta negación es la cada vez más frecuente relación que establecemos con ella: las personas moribundas que forman parte de nuestra vida se despiden de su existencia en lugares impersonales como las clínicas y hospitales (mientras más lejos y menos contaminado esté nuestro entorno del olor a muerte, mejor); contamos con empresas que se encargarán de todos los arreglos, desde la velación hasta el entierro pasando por la documentación burocrática de ley, además, existen empresas que con servicio completo maquillan cadáveres para disimular lo evidente y, finalmente, nos deshacemos del cadáver lo más pronto posible, antes del entierro o de la cremación dejamos pasar unas pocas horas. La muerte se convierte en un hecho que debe resolverse en el ámbito de la economía de las colectividades y no de la trascendencia humana. No es falta de cariño por quien se va, es falta de aceptación de quienes nos quedamos, nos duele la ausencia pero más nos angustia enfrentar lo que más tememos: morir.
Todos los seres humanos tenemos un ciclo que cumplir, nacemos marcando el inicio de nuestro tiempo y establecemos nuestro punto final con la muerte. El inicio y el final de nuestra existencia responden a una condición biológica contra la que nada podemos hacer; pero nuestra mente se niega al proceso natural y la cultura occidental ha creado inútilmente toda una industria para alargar la vida y para prevenir el envejecimiento, asumiendo que la muerte llegará con la edad. Suerte con la que no correrá el 62% de habitantes de América Latina que por vivir en condiciones de pobreza e indigencia tendrán un encuentro más temprano con la muerte. Y entonces nos preguntamos ¿todas las personas cumplimos con nuestro ciclo?. Seguramente no, debido no solo a la distribución inequitativa de la riqueza sino de la forma agresiva con la que se produce dicha riqueza traducida en capital: explotación y abuso de personas, de animales, de plantas… del planeta. Así, paradójicamente le damos la espalda a la muerte que dejamos que sea sembrada con nuestro cómplice silencio.
Vivimos como si fuésemos seres de eterna permanencia en esta dimensión y en este cuerpo, sabemos racionalmente que tenemos que morir y hasta podemos tocar el tema asumiendo que “algún día será”, pero cuando nos ponemos a pensar en el hecho concreto ¿cuántas sensaciones de desasosiego y angustia cruzan nuestro emocionar?. La muerte no tiene salida, está allí y debemos mirarla de frente pues ella es la puerta definitiva de esta existencia.
“Calma mujer que mi día no ha llegado aún”, le dijo Baltasar a Blimunda, “No me calmo”, le contestó, “porque ése es día que llega siempre”.
SEXUALIDAD ADOLESCENTE
RELACIONES SEXUALES EN LAS Y LOS ADOLESCENTES
Realizado por: Andrea Rivera (GAMMA)
Fecha: 25 de octubre, 2005
Luna menguante
Actualmente las y los jóvenes comienzan su vida sexual más temprano que antes. Sin embargo este hecho no se da de la misma manera en el caso de las mujeres que en el de los hombres.
En nuestra sociedad aún persisten normas de género desiguales, que permiten que por un lado se aliente a los jóvenes varones a que amplíen sus experiencias sexuales y por otro, al mismo tiempo, se pide a las jóvenes mujeres abstenerse y conservar su “virginidad”. Este mandato y otros que lo acompañan así como los tabúes y la falta de educación sexual con equidad de género provoca distintas situaciones que afectan la vida de las y los adolescentes.
Como consecuencia del mandato impuesto a los jóvenes varones, ellos buscan formas de “convencer” a sus parejas, una de ellas, la más conocida es la “prueba de amor”; otros recurren a la intimidación y la violencia para presionar a las adolescentes a tener una relación; otros, finalmente, lo hacen con trabajadoras sexuales; a los varones además se los anima a asumir riesgos en su comportamiento sexual basados en normas sociales dominantes sobre la masculinidad que presentan a los varones como “héroes conquistadores y machos que asumen riesgos en cuestiones sexuales”. La consecuencia en las jóvenes mujeres al enfrentarse a una “prueba de amor” o a una acción de presión en la que mantuvieron una relación sexual, muchas veces es el sentimiento de culpa, se sienten “pecadoras” e “impuras”, además, se suele desatar una relación de dependencia al “cariño” y al permanecer con su enamorado, pensando que son propiedad de ellos y que además ya nadie aparte de él las querrá porque ya no son “vírgenes”. Todas estas creencias refuerzan el temor a perder a su compañero sexual.
Las relaciones sociales de poder se reproducen en las relaciones sexuales de adolescentes en las que las mujeres por su falta de poder, su temor a la violencia y su noción de “pasividad femenina”, muchas veces no pueden hablar con sus parejas acerca de si sus relaciones sexuales: son o no oportunas, acuerdos para la protección durante los encuentros sexuales o de los peligros y afecciones a su salud sexual. Todo esto es caldo de cultivo para problemas emocionales, embarazos no deseados, matrimonios y consiguientes divorcios, enfermedades de transmisión sexual, abortos inseguros, violencia sexual, etc.
Como vemos las consecuencias no son pocas y no afectan solo a las y los adolescentes sino a la sociedad en general en la cual sin el correcto ejercicio de las y los jóvenes a sus derechos sexuales y reproductivos, y sin una formación profunda en equidad de género y en la atención a su salud sexual no se podrá romper con estos estereotipos que generan desequilibrios, que son nocivos y se oponen al establecimiento de relaciones saludables, responsables y equitativas.
Tema: Derecho al Trabajo
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Tema: Derecho a una vida libre de acoso sexual
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Tema: Derecho a la atención de emergencia en Salud
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EVITELO
¡¡EVITELO!!
Por: Nidya Pesántez C. (GAMMA)
Fecha: 18 de octubre, 2005
Luna llena
La persistencia y la profundización de la violencia y el abuso sexual en nuestro medio se enraíza en el hábito social que ha “naturalizado” la problemática como parte de la convivencia; por eso es común que estos casos se mantengan en el silencio absoluto, que las víctimas de abuso o violencia sean calificadas de culpables o incitadoras de la acción en su contra, que los mensajes de los medios de comunicación sigan mostrando el cuerpo como cosa de uso público, o que los chistes populares arranquen carcajadas de situaciones degradantes.
Si las causas de la violencia y el abuso sexual se manifiestan en aquellas conductas que perpetúan un hábito social perverso, será necesario trabajar sobre dichas conductas para transformarlas y con ello transformar la situación. Esto requiere necesariamente de un cambio en los sentidos comunes de nuestra sociedad, sentidos que hasta ahora aceptan sin problema y sin crítica: mensajes mediáticos que sustentan el abuso y la violencia sexual, miradas lascivas, insultos que reciben el nombre de piropos o que cualquier desconocido toque el cuerpo de una persona sin su permiso. Para erradicar la violencia es necesario transformar dichos sentidos en el Estado, en la religión, en el poder mediático y en la sociedad.
En cambio, para prevenir y de cara a las niñas, niños y adolescentes, debemos empezar por una educación sexual temprana en la que se pueda llamar por su nombre a los órganos sexuales, en la que el aseo adecuado de sus genitales no genere incomodidad, y en la que aprendan a cuidar su cuerpo respetándolo y exigiendo respeto. Pero además, debemos mostrarles, sin exageraciones ni dramatismos, los peligros a los que se exponen por la posibilidad real de intentos de abuso; en este caso, ser frontales es lo más adecuado, previniéndoles no solamente en relación con extraños sino con las personas que forman parte de su grupo más cercano en la familia, en el barrio, en la escuela, en el lugar de entrenamiento, en las fiestas que se realizan en casa y entre amigos. La idea no es generar una paranoia en las chicas y los chicos, sino enseñarles a distinguir signos y comportamientos en las otras personas para que estén alertas y puedan defenderse o evitar situaciones de peligro.
A más de la información que podamos transmitir a niñas, niños y adolescentes, debemos crear relaciones de confianza y afecto con hijas e hijos para que puedan hablar de manera franca y sin vergüenza sobre cualquier temor o problema que les perturbe. Por otra parte, no debemos dejar a niñas y niños al cuidado de personas que no conocemos o de personas con quienes las hijas o hijos no se sienten cómodos; cuando estamos en reuniones sociales no debemos perder de vista a niñas, niños y adolescentes pues estos son momentos de alto riesgo. Finalmente, debemos prestar atención a cambios en la conducta y en la salud de niñas, niños y adolescentes. En nuestras manos está.