UNIVERSIDAD COHERENTE

Andrea Rivera V.

UNIVERSIDAD COHERENTE

Por: Andrea Rivera (GAMMA)
Fecha: 13 de diciembre, 2005
Luna creciente

“Quieren cerrarte a tu pueblo con llaves de oscuridad, quieren que construyas máquinas para matar mariposas y evitar que vuelen llevando la luz.”

Este pequeño fragmento de una canción de Alí Primera me hace pensar en las actuales elecciones a llevarse acabo en la Universidad de Cuenca, la segunda más antigua del país, que hace poco celebró sus 138 años y que como actora importante de la sociedad ha escrito páginas significativas en la historia de nuestra región y del Ecuador.

¿Pero qué ha pasado con el papel trascendental de la Universidad? ¿Ha sido estos últimos años capaz de “llevar la luz”?

La Universidad de Cuenca debería ser la pionera en el pensamiento, en las propuestas, en las soluciones a los diversos problemas políticos, económicos, sociales y culturales; su presencia en el debate y en la agenda de la región y del país debería ser activa, no debe existir suceso que no cuente con la participación de la universidad. Así debió ser frente a las discusiones del TLC, de la Reforma Política, del desarrollo provincial y local.

Si la universidad es una actora importante en la transformación social, debería entonces fortalecer sus lazos con el pueblo, con la población urbana y rural, con sus necesidades, problemas y aspiraciones; poniendo a su servicio la ciencia, la tecnología, la experiencia y todos sus recursos materiales así como los talentos humanos que en ella se desarrollan.

Al interior de la universidad los cambios esperan: una distribución justa del presupuesto así como la exigencia del mismo al gobierno central, remuneraciones equitativas, adelanto académico con apoyo verdadero a la investigación, actualización de programas de estudio y pénsums, evaluación docente, diversificación de carreras con una adecuada planificación, especializaciones y postgrados; verdadero bienestar estudiantil, matrículas justas, becas que cumplan con la ley, preocupación cierta por la equidad de género y étnica en todo nivel; desarrollo cultural y deportivo…

Alguna publicidad de televisión dice “la imagen es todo” y así lo han pensado quienes creen que una bonita infraestructura hace una “chévere” universidad, y no han tenido la capacidad de ver un poco más allá.

Pero existen fuertes anhelos de cambio, expectativas de construir una “U” coherente y democrática, y se espera que la dirección universitaria caiga en manos de quienes alejados del autoritarismo, del irrespeto, de la prepotencia, de la compra de conciencias; sean capaces en unidad con distintos sectores de impulsar estas propuestas, de vivir relaciones democráticas, de respeto y valoración de cada actor y actora universitaria así como de los gremios de estudiantes, profesores, empleados y trabajadores hombres y mujeres.

Y es que como dice Alí Primera “la universidad es como un libro abierto enamorado de su pueblo, un libro abierto donde se lee la lucha que empezó…y que habrá que seguir.”

AUN SIN SOLUCION

Nidya Pesántez Calle

AUN SIN SOLUCION

Por: Nidya Pesántez C. (GAMMA)
Fecha: 6 de diciembre, 2005
Luna creciente

A pesar de los esfuerzos de diversas organizaciones que luchan contra el VIH en todos los continentes, cada año más gente se infectará con él y muchos morirán con SIDA por falta de atención y tratamiento.

Si bien es cierto que la mayoría de los estados y de los organismos multilaterales no han logrado plantear una estrategia efectiva para prevenir el crecimiento en el número de personas infectadas, también es cierto que las conductas que caracterizan a nuestras sociedades han sido un freno importante en esta lucha. El estigma social y la discriminación hacia las personas seropostivas limitan cualquier esfuerzo que se realice para controlar el virus. Estos comportamientos sumados al tabú sobre la sexualidad humana, crean la atmósfera ideal para la expansión del virus, pues por un lado impiden la prevención de nuevas infecciones y, por otro, bloquean el acceso a la atención, apoyo y tratamiento requeridos.

El estigma prevalece porque prevalecen los mitos sobre quiénes portan el virus: trabajadoras sexuales y homosexuales. Se olvida un inmenso espectro, desde los usuarios del trabajo sexual hasta cada persona que vive su sexualidad de manera irresponsable y que no necesariamente forma parte de un grupo que pueda ser calificado socialmente por su actividad o por su diferente opción sexual. El estigma social es caldo de cultivo para un virus que aprovecha muy bien la doble moral de la sociedad, por ejemplo, de la nuestra: una sociedad patriarcal que aún aplaude conductas machistas, que sustenta una cultura en el que un hombre para serlo debe demostrar su capacidad sexual en diferentes lechos, siendo éste el sinónimo de “hombría”; hombría que sin duda, y a medida que crece el número de personas infectadas, se torna más peligrosa.

Este estigma nos mantiene en la desprevención colectiva. La falta de cuidado es común y se agudiza entre las personas que tienen una pareja estable y se saben fieles en términos concretos de sus relaciones sexuales, y entre heterosexuales cuyas relaciones íntimas son llevadas de manera desordenada con la seguridad de que el virus no les alcanzará. Nos descuidamos y olvidamos que el virus también puede llegar por jeringas o por transfusiones.

La realidad está lejos del estigma, si vemos las cifras y nos ubicamos en los lugares de mayor crecimiento del VIH (Africa), encontramos que la mayoría de contagios son por transmisión heterosexual y en algunas regiones del mundo, específicamente en Europa Oriental, por el uso de drogas intravenosas. Lo que da cuenta de que el virus no tiene preferencia por un sector social, sino por la especie humana en general; sin embargo, aún cuando sabemos que podemos contraer el virus nos negamos a su presencia y actuamos como si no existiera.

Para frenarlo podríamos empezar por develar los mitos y las falsas percepciones que en nuestra sociedad se crean en torno al VIH/SIDA y luchar abiertamente contra la ignorancia y la discriminación.

¡YA NO MAS!

Sandra López A.

¡YA NO MAS!

Por: Sandra López A. – GAMMA
Fecha:29 de noviembre, 2005
Luna menguante

Después de todo lo escuchado y analizado durante estos días a propósito del 25 de noviembre, día de la No Violencia en contra de las Mujeres, queda flotando la pregunta ¿qué hacer? Y es que nos quedamos sin palabras frente a los testimonios de mujeres que han sufrido violencia doméstica y que dicen “ya no más” con un nudo en la garganta.

Por un lado está la necesidad de actuar como sociedad para alterar definitivamente patrones de comportamiento que han convertido la agresión en situación cotidiana y “normal” y han consolidado certezas sobre la violencia como característica connatural al ser humano; finalmente si así fuera, ¿por qué no cambiar una conducta o adormecer un instinto que solamente nos lleva a la infelicidad? o alguien que golpea puede afirmar que es feliz, ni qué decir de quien es golpeada; casos existen de grupos sociales en donde se ha sustituido la violencia por el diálogo y la conversación, términos que con seguridad nos remiten a cualidades y comportamientos netamente humanos. Cambiar esta conducta violenta y agresiva pasa por cambiar el sentir, el pensar, el decir y finalmente el hacer de mujeres y de hombres. Este cambio exige una deconstrucción de los mitos y creencias que sostienen un comportamiento violento y autoritario por un lado; pasivo y dependiente por el otro. Debemos reconocer que existe , debemos romper el silencio, y llamar a las cosas por su nombre: violencia doméstica, un problema de salud pública que arrasa con la vida de miles de mujeres, y que por cierto afecta el desarrollo integral de un país, o se puede hablar de desarrollo y de crecimiento económico con un grupo importante de mujeres imposibilitadas para trabajar por “calamidad doméstica”, o “accidente” como comúnmente se disfraza esta violencia.

El qué hacer por otro lado, tiene que ver con la apertura de espacios para difusión, terapia y formación que posibiliten para mujeres y hombres dar pasos individuales, en pareja y grupales, en busca de comportamientos más sanos. Las mujeres debemos dejar de lado el convencimiento de que “la culpa es nuestra”, o de que “si así fue con mi madre, conmigo por qué no”. Es necesario luego, buscar apoyo en personas cercanas y lugares seguros; si rompemos el silencio, estaremos rompiendo las estructuras de un círculo de muerte en el que nos obligamos o nos obligan a permanecer por diferentes circunstancias. Los hombres por su parte, deberán dejar de lado prácticas erradas que obligan a la violencia como demostración automática de virilidad y comenzar a pensar que el uso de los golpes y de agresiones de diversa índole no son testimonio de hombría sino de deshumanización, más todavía si la agresión la cometemos en contra del ser a quien le hemos jurado amor y protección para toda la vida.

Finalmente mujeres y hombres, instituciones educativas, iglesia, medios de comunicación, debemos hacernos eco de estas palabras: “ya no más”

APRENDIZAJE: FORMACIÓN O INFORMACION

Nidya Pesántez Calle

Ponencia para el I Encuentro Regional sobre Acompañamiento Organizacional al Desarrollo

APRENDIZAJE: FORMACIÓN O INFORMACION

Por: Nidya Pesántez C.

Las personas estamos, aparentemente, en un constante e imparable proceso de aprendizaje, cada experiencia nueva nos propone un nuevo conocimiento; sin embargo, éste se hará efectivo sólo si queremos y decidimos que así sea. De esta decisión dependerá lo que construyamos en nuestro interior: personas con autonomía y con capacidad de discernimiento o, personas con un gran cúmulo de información. ¿Qué queremos ser? Y por lo tanto, ¿Qué podemos hacer con nuestra intervención en el desarrollo?.

Definir elementos teóricos o metodológicos del aprendizaje de las personas adultas en el marco del desarrollo, pasa necesariamente, por la concepción que tengamos sobre esta categoría, así, mientras más humanista sea nuestro concepto, más humilde y ambiciosa será nuestra propuesta en el campo del aprendizaje.

El aprendizaje posibilita que tomemos aquellos elementos nuevos que recibimos e impartimos simultáneamente –sean estos teorías, métodos o experiencias- para recrearlos, enriquecerlos, renovarlos con miras a transformar nuestro entorno y nuestra práctica en su diversa forma de aplicación; podemos jugar con cada aspecto aprendido en la medida en la que se transformó en un nuevo conocimiento. Cuando retomar dichos elementos para su recreación y enriquecimiento se nos vuelve difícil o imposible, cuando se nos vuelve inaplicable y no es fuente de cambio, no hablamos de aprendizaje, hablamos de la adquisición de nuevas referencias.

Partiendo de este planteamiento, pensamos que es preciso en el campo del desarrollo retomar el aprendizaje diferenciando dos mecanismos de intervención y de actuación –incluso más allá del desarrollo-: la formación y la información. ¿Cuándo efectivamente nos estamos formando y cuándo sólo nos informamos?. ¿Cuánto formamos y cuánto informamos?. ¿Cuán enriquecedor puede ser informarse y cuánto puede ser el formarse?. Cada persona tiene su propia apreciación al respecto, hoy haremos un planteamiento sobre estos dos puntos de partida y cada quien decidirá su punto de llegada.

Hablemos de la información

El propio prefijo del término información: “in” al tener un significado privativo, da cuenta de un sentido opuesto al de la acepción de la palabra formación, ¿Es una mera coincidencia?, usted dirá. Por supuesto, el prefijo “in”, significa también “en” o “hacia”, se puede decir entonces, que la información es un componente que nos lleva “hacia” la formación o nos tiene “en” formación. Pero antes de dar una respuesta vamos a situarnos en el momento presente y a reconocer el significado y connotación de esta categoría.

En la actualidad la humanidad tiene abiertas puertas y ventanas a la información, especialmente aquella parte del planeta que tiene acceso a los medios masivos y a la tecnología de comunicación. ¿Por qué le damos tanta importancia a mantenernos informadas e informados y no así a nuestra propia formación?.

Podríamos hablar de tres elementos que han puesto a la información sobre la formación: 1) es tiempo del tiempo, es decir, no contamos con él; mientras más rápido y ágil sea lo que nos llega mejor; no tenemos oportunidad de profundizar para elaborar nuestro propio conocimiento, aquel que nos posibilita discernir. Todo aquello que titule “10 pasos para…”; “20 minutos para conocer todo sobre…”; “aprenda en un mes…”; “carreras cortas…”; etc., tendrán una acogida impresionante en la sociedad. 2) Si no sabemos lo que sucede en el Ecuador y en el mundo no formaremos parte de “la ronda” (en palabras de Kundera); no podemos quedar fuera, es intolerable no conocer todos los detalles sobre un suceso o evento que se volvió noticia, por lo tanto las horas clave del día son aquellas en las que podemos ver noticias, leer noticias o escuchar noticias. 3) Información hay para todas las personas, pero conocimiento no. El conocimiento cuesta más: tiempo, dinero, voluntad; la información puede llegarnos incluso sin que le dediquemos un tiempo específico; no requiere de fuertes inversiones y no necesitamos ponerle voluntad. Está allí, en la radio, en la prensa, en la televisión, en la computadora.

Podríamos decir que a través de la información ganamos elementos para nuestra formación, pero si partimos de la realidad en la que vivimos en torno a la información, es comprobable que ésta, lejos de aportar en la formación, incrementa un proceso de deformación de las personas. Mencionemos tan solo tres elementos de la información actual que dan cuenta de lo dicho:

1) La información masiva es trivial: se buscó una forma de poder concentrar a cientos de miles de personas frente a elementos comunes: un hecho, una publicidad, una propaganda, una novela, y el mecanismo encontrado fue la trivialización de lo que se presenta, así, todo tiene un sentido similar y dejamos de distinguir la realidad de la fantasía especialmente en la televisión y prensa. En palabras de Oscar Raúl Cardozo “la comunicación de realidades complejas y/o para audiencias masivas, demandan un grado importante de trivialización. Éste es un requisito, el mejor periodismo que ustedes puedan concebir, conlleva un grado inevitable de trivialización”. Esta trivialización tiene dos objetivos detrás de sí: a) no cuestionar: lograr que la masa sienta que las cosas se dan de ese modo y que debemos seguir con nuestra vida en el momento y espacio que nos tocó actuar; b) deformar: aceptar los valores de relacionamiento social que nos impone el sistema para poder mantenerse. Los seres humanos somos eminentemente buenos, sin embargo, nos deforman.

2) Exceso de datos. La cantidad de datos que absorbemos día a día, no permite que esos datos se transformen en conocimiento, es decir, no aportan en la autonomía y capacidad de discernimiento que sí nos da la formación. Ya en la década de los 50, Laserfield y Merton, sociólogo y antropólogo respectivamente, hicieron una investigación sobre aquel “nuevo fenómeno comunicacional”, la televisión, y llegaron a la siguiente conclusión: “la televisión es un medio que aporta tanta información en tan poco tiempo que no hay posibilidad para el individuo de asimilarla, ordenarla y procesarla y descartar lo que no le es útil ”. Según Cardozo, los estudiosos propusieron que la televisión provoca un Síndrome de Narcotización Disfuncional.

En la Universidad de Columbia se hizo un estudio para conocer la cantidad de información que puede percibir una persona promedio de una gran ciudad (edad, dinero, posición social, nivel de instrucción). Esta investigación interdisciplinaria dio como resultado lo siguiente: “Si un día Domingo (se tomó un día Domingo porque las ediciones de los diarios ese día son mucho más voluminosas que en el resto de la semana), una persona compra o accede a un diario de formato sábana, y decide esa mañana sentarse y leerlo desde la primera palabra hasta la última, estaría en condiciones en ese sólo acto, improbable, pero estaría en condiciones de absorber en ese sólo acto más información nueva, más noticia en el sentido estricto, que una persona durante toda su vida en el siglo XVI ”. Lastimosamente, este cúmulo de datos, esta multitud de datos que recibimos y absorbemos todos los días no pueden transformarse en conocimiento, pues no aportan en nuestra capacidad de decisión, en nuestra autonomía para elegir lo que es mejor para nuestra vida o para nuestra sociedad. Es un bombardeo que impide, como dijeron Laserfield y Merton, procesar, ordenar y discriminar. La información se convierte en una suerte de acumulación constante, que va a tono con el sistema en que vivimos.

3) Intereses específicos de las cadenas de información. El poder que han adquirido los medios masivos de comunicación rebasa la realidad. Así, lo que no está en un medio no existe. De hecho, en palabras de Cardozo, el espacio público, aquel lugar físico en donde se debatía la vida cotidiana y la problemática social, es ahora un espacio virtual. En la actualidad todo aquello que no sucedió en el espacio virtual no es registrado por la colectividad, aunque efectivamente suceda en el espacio físico palpable, y lo que es peor, se dan situaciones contrarias: en el espacio virtual puede pasar, puede ocurrir y puede quedar registrado en la conciencia colectiva como un hecho innegable, aquello que nunca sucedió.

¿De qué depende que se registre o no la vida misma en el espacio virtual?: de los intereses a los que responde cada cadena de información. Y sobre este tema se ha dicho ya suficiente, pero no se ha hecho nada aún.

El problema de la información, sin embargo, no está solamente en las cadenas nacionales, locales o internacionales. No solo los mass media informan, y no sólo los mass media tienen intereses específicos que no se corresponden con los intereses de la población. Nuestra intervención también puede estar distanciada de los procesos de formación y dedicada a la información, embotando de datos a las personas con quienes trabajamos, sin permitir espacios de reflexión –que son los que generan conocimiento-, y respondiendo a nuestros intereses; podemos incluso, estar transformando los espacios físicos de discusión en un espacio virtual en el que los tamizadores somos nosotras, nosotros.

Acerquémonos a la formación
Partimos del siguiente supuesto: la formación es producto del aprendizaje que nos genera conocimiento y por tanto, posibilita cambio.
El aprendizaje, se convierte entonces, en una herramienta para alcanzar un objetivo más amplio, y éste al ser alcanzado se transformará en herramienta para un objetivo más amplio todavía, y así sucesivamente, como todo lo que sucede en este universo. Si graficamos lo dicho podríamos hablar de una serie de circunferencias, que se entrelazan de manera ascendente (espiral) para pasar de objetivo a herramienta y nuevamente a objetivo. Es por esto que cada cosa que hagamos en los primeros niveles repercutirá, positiva o negativamente, en el objetivo macro planteado.
Desde esta significación, en GAMMA hemos concebido al aprendizaje como uno de los círculos ubicado en los primeros niveles de la espiral, para ser reencontrado en los círculos medios y superiores, con elementos mucho más elaborados. El aprendizaje es el centro del conocimiento y éste el de la transformación social. Tomando este embarcadero como punto de partida, hemos retomado como camino para intervenir en el proceso de aprendizaje la metodología dialéctica. Si bien la categoría social ha perdido vigencia en su significante, su significado es rico y sobre todo, con el paso del tiempo y de su aplicación se ha enriquecido aún más.
Así las cosas, abordamos el aprendizaje partiendo de algunas preguntas generadoras. ¿Qué elemento vamos a golpear en esta espiral para que resuene en el resto de niveles y cómo va a resonar?. ¿Vamos a participar de un proceso de formación o de información?. ¿Hacia dónde estamos caminando con cada evento de aprendizaje?. Aclarado el qué, el por qué y el sitio de llegada, definimos el cómo. Y como ya mencioné, nos servimos de la metodología dialéctica: partimos de la realidad presente, una vez conocida la situación se elabora un proceso de reflexión sobre esa realidad, de este proceso retornamos con nuevos elementos a la realidad que analizamos para enriquecerla o transformarla. El reto está en la capacidad del retorno, teóricamente podemos establecer estrategias de intervención para regresar a la realidad con el objetivo de cambiarla, sin embargo, esto no siempre es posible, muchas veces, aquellas estrategias definidas, aquellas actividades planteadas después de la reflexión, no pueden ejecutarse; si esto sucede, ya podemos aceptar que no hemos efectivizado el aprendizaje. Hemos caído en la trampa de trabajar para aportar nuevas referencias, para impartir datos y elementos acumulables.
Hasta el momento los fracasos más grandes en los procesos de aprendizaje desatados en el contexto del desarrollo social, se encuentran marcados por este factor: la inaplicabilidad de los elementos analizados y teorizados, producto de la imposibilidad de tomar estos aspectos y jugar con ellos para su recreación y enriquecimiento. Esto nos da como desalentador resultado que no hemos contribuido en el crecimiento individual y colectivo (ni nuestro ni del conjunto con el que trabajamos) sino en el acopio de información que no posibilita autonomía –como ya se había mencionado- ni mejora la capacidad de decisión.
Frente a esta realidad, en GAMMA desatamos la dialéctica no sólo en el discurso de un taller o de un evento, por definición nos tomamos el tiempo necesario para la aplicación de cada teorización, propia o ajena; de la misma manera, pensamos que cualquier evento de aprendizaje para serlo debe estar inserto en un proceso más grande, es decir, debe estar ubicado en algún espacio de la espiral de la que habíamos comentado. Así, si hablamos de herramientas de género, desarrollamos desde la metodología planteada los elementos de aplicación y renovación que generen un nuevo conocimiento. Como diría mi hermana Irene, “todo lo que trabajemos teóricamente en torno a nuestra apuesta debe contar con su tren de aterrizaje”. En este mismo sentido, si hablamos de herramientas de género, éstas deben ser un factor que provoque movimiento en la espiral para incidir positivamente en el proceso más profundo; en el cambio que queremos alcanzar.
Para saldar
Después de lo expuesto en torno a estos dos conectores de intervención, nos quedan dos cosas por decir:
La primera: pensamos que la formación promueve transformación, por tanto es nuestra propuesta arriesgarnos en este ámbito. Si hemos tomado el aprendizaje como herramienta de acompañamiento a las organizaciones, si en nuestro plan de intervención se contempla este camino, retémonos a hacerlo desde la perspectiva integral de la formación.
La segunda: sostenemos que la información es un sendero por el que se llega a la reproducción del sistema, por ende, opinamos que no vale la pena derrochar tanta energía y tantos recursos para perpetuar el sistema. Para esto ya se han creado suficientes y efectivas formas, de las que todas las personas hemos sido y somos víctimas y cómplices. Una cosa es conocer lo que pasa (información) y otra entenderlo para buscar y encontrar la manera de cambiar aquello (formación – aprendizaje).
La mayoría de personas que estamos aquí hemos optado por intervenir en la realidad porque no compartimos lo que en ella sucede; este interés, independientemente de la motivación que tengamos, se ha explicitado, por esto reiteramos que nuestra búsqueda no se direcciona a la adaptación de lo que “ya está dado”, no tendría sentido. Incitamos, entonces, a transformar lo establecido, más allá del tiempo que nos tome, más allá de la premura coyuntural.

DIA DE LA NO-VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

Sergio Verne

DIA DE LA NO-VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

Por: Sergio Vergne-GAMMA
Fecha: 22 de noviembre, 2005
Luna menguante

La solicitud para establecer el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer fue presentada a la ONU en 1999 con el apoyo de más de 60 gobiernos. El origen del 25 de noviembre se remonta a 1960, año en el que las tres hermanas Mirabal fueron violentamente asesinadas en la República Dominicana por su activismo político, convirtiéndose en el máximo exponente de la crisis de violencia contra la mujer en América Latina. Esta fecha fue elegida para conmemorar sus vidas y promover el reconocimiento mundial de la violencia de género.

La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, la define como ‘todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico. Incluidas las amenazas, la coerción o la prohibición arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vía pública o en la vía privada’.

Según la Organización Mundial de la Salud, los tipos de violencia que se ejercen sobre las mujeres en las diferentes fases de su vida son: Pre-natal: abortos selectivos según el sexo; efectos sobre el recién nacido de la violencia durante el embarazo. Infancia: abuso físico, sexual y psicológico; infanticidio femenino. Niñez: abuso físico, sexual y psicológico; incesto; prostitución infantil y pornografía. Adolescencia y vida adulta: violencia durante el noviazgo; sexo forzado; incesto; abuso sexual; violaciones; acosamiento sexual; prostitución y pornografía forzada; tráfico de mujeres; violencia conyugal; violación marital; abuso y homicidio; abuso psicológico; embarazos forzados. Vejez: ‘Suicidio’ forzado u homicidio de viudas por razones económicas; abuso físico, sexual y psicológico.

En el ámbito privado, dependiendo de cada país, de un 25 a un 75 % de las mujeres son maltratadas físicamente en su hogar. En Ecuador, según la Encuesta Demográfica y de Salud Materna e Infantil publicada este año, 4 de cada 10 mujeres alguna vez casada o unida reportó que había recibido maltrato psicológico o físico de parte de su pareja y el 10 por ciento de las mujeres de 15 a 49 años manifestó que había experimentado alguna forma de violencia sexual.

En el ámbito público, el contexto social actual: tratado de Libre Comercio para las Américas; base militar norteamericana en Manta; salario mínimo vital que no alcanza para cubrir las necesidades básicas del 80 % de la población del Ecuador; insultos, golpes, humillación hacia las mujeres; denigración y tergiversación de las mujeres en los medios masivos; son factores que – según manifiesta el Cabildo por las Mujeres del Cantón Cuenca- también ejercen violencia contra la mujer.

Es imposible estar ajenos a estas formas de violencia ya que se expresan en las redes sociales de las que somos parte. Por ello, debemos construir una cultura de paz y de justicia.

15 DE NOVIEMBRE DE 1922

Sandra López A.

15 de noviembre de 1922

Por: Sandra López. GAMMA
Fecha: 15 de noviembre, 2005
Luna llena

Como trabajo de expresión oral y escrita, pedí a los/as estudiantes de primer año de bachillerato que escriban sobre el 15 de noviembre de 1922. El 90% de la clase no encontró información y me preguntó que dónde se puede buscar. Me pidieron además que les de alguna pista para buscar información porque no sabían de qué se trataba la fecha.

A manera de pistas, vale la pena saber que existen fechas que no deben ser olvidadas en nuestro país ni en ninguno de los países que luchan por la dignidad de sus pueblos.

Amaneció el 15 de noviembre de 1922, se desarrollaba la primera huelga general en el Ecuador. En Guayaquil, centro industrial y comercial del país, miles de obreros decidieron paralizar todas las actividades: trabajadores de la cervecería, las piladoras, la jabonería, el transporte, los ferrocarriles; zapateros, sastres, panaderos. El paro se había iniciado en días anteriores, paulatinamente se fueron sumando más y más obreros y obreras. ¿Cuáles eran sus demandas?, las mismas ayer, las mismas hoy: mejores salarios, mejores condiciones de vida. Disparos a sangre fría fueron la única respuesta que recibieron.

Las primeras víctimas fueron las obreras del comité femenino “Rosa Luxemburgo” que encabezaban la marcha. De la participación femenina se destaca la acción de Tomasa Garcés y la “Negra” Julia, ellas impregnaron con su testimonio una de las páginas más importantes en la lucha de las mujeres obreras de América Latina. Tomasa, esposa de un dirigente ferroviario, junto con sus hijos, se recostó sobre las rieles de la locomotora para evitar que los trabajadores cedan a las presiones y rompan la huelga. Muchos compañeros y compañeras se le juntaron y la huelga se fortaleció. Ante estos eventos, los soldados se enfurecían cada vez más y como estaban amparados por un “Espero que mañana a las seis de la tarde me informará que ha vuelto la tranquilidad a Guayaquil, cueste lo que cueste, para lo cual queda usted autorizado” explicitado por el presidente Tamayo. Por más de una hora, en el centro de la ciudad se escuchó solo el sonido de las balas.

La siguiente interrogante fue qué hacer con tantos cuerpos (se habla de 5.000 muertos), se ordenó que sean botados al río, pero “llenos de piedras para que no floten”. Unos días después, sobre el río Guayas flotaban cruces. Nadie sabe quién puso las primeras, luego se multiplicaron. Según Joaquín Gallegos Lara, éste era un homenaje para las víctimas que no pudieron recibirlo aquella noche, la del 15 de noviembre de 1922.

¿Somos Tomasas o rompemos filas, nos acostamos en las rieles o caemos directo en las trampas que son colocadas cada día para que la huelga se rompa?. No enterremos los hechos con piedras, deben flotar para la historia, como ejemplo y bandera.

En época de refundar el país, en tiempos de Constituyente, las obreras y los obreros caídos el 15 de noviembre nos marcan el camino. Mientras la situación no cambie, las cruces sobre el agua seguirán flotando.

DECLARACION DE INDEPENDENCIA

Sergio Verne

Declaración de independencia

Por: Sergio Alejandro Vergne – GAMMA
Fecha: 8 de noviembre, 2005
Luna creciente

Un 3 de noviembre de 1820 Cuenca declaró su Independencia de España. El mismo grito emancipador resonó en toda América Latina a lo largo del siglo XIX. Estas manifestaciones fueron gestadas por las burguesías criollas de entonces, surgidas a la luz del proceso de mundialización incipiente del capitalismo. Inglaterra, en su creciente desarrollo industrial, necesitaba del “libre comercio” con las colonias para proveerse de materias primas. Las colonias, a su vez, necesitaban liberarse de las trabas aduaneras que la corona española les imponía para comercializar sus materias primas y algunas manufacturas con los países industrializados.

Independencia, por tanto, de España pero, inmediatamente, dependencia del capitalismo mundial liderado por Inglaterra. Los sectores beneficiados fueron las burguesías criollas terratenientes, dueñas de los campos desde donde se proveía a Europa de cacao, bananas, frutas, metales, carne, trigo, cuero, etc Al interior de los estados latinoamericanos ya “libres” de la Corona, los sectores campesinos e indígenas continuaron bajo la dominación de estas oligarquías y burguesías criollas, y protagonizaron durante el siglo XX junto al movimiento obrero, grupos de intelectuales, jóvenes (constituidos en un nuevo actor social hacia los años 70) y movimientos de mujeres numerosos procesos de reivindicaciones sociales, revueltas y revoluciones.

Ya en el siglo XX, el capitalismo mundial pasó de manos de Inglaterra a manos de los ganadores de la 2° Guerra Mundial: EEUU y la URSS. Esta última, luego de haber convertido su revolución bolchevique en lo que Poulantzas definió como capitalismo estatal, no pudo sostener sus propias contradicciones y terminó desplomándose a finales del siglo.

El siglo XXI nos encuentra, entonces, ante un nuevo momento del capitalismo imperialista liderado por EEUU, denominado “globalización”. Su estrategia frente a América Latina consiste actualmente en el apoyo a las democracias restringidas y tuteladas de la región donde millones de latinoamericanos son excluidos de las tierras, las fabricas, la educación, la salud, los alimentos, los recursos naturales y las decisiones políticas; promoviendo la conformación del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) y las firmas de Tratados de Libre Comercio que constituyen verdaderos contratos de libre disponibilidad de EEUU sobre nuestras soberanías, territorios y riquezas.

Ante esta nueva situación de coloniaje, los ecos de aquel grito de Independencia hoy se escuchan con mayor fuerza. Es el grito de las movilizaciones populares surgidas en Ecuador, Argentina, Perú y Bolivia durante la última década que terminaron echando a gobernantes que no representaban los intereses de la mayoría. Y es el grito de Independencia que resuena nuevamente, cuando miles de latinoamericanos y los presidentes de Venezuela y el MERCOSUR (países que representan el 75 % del PBI de la región) se manifestaron recientemente en la Cumbre de las Américas contra el ALCA, el TLC y la militarización que quiere imponer los EEUU, haciéndola fracasar.
En noviembre también, pero del 2005, ¡las voces independentistas se alzan en América!

DIA QUE SIEMPRE LLEGA

DIA QUE SIEMPRE LLEGA

Por: Nidya Pesántez C.(GAMMA)
Fecha: 1ª de Noviembre, 2005
Luna menguante

“Has de saber que hay una ciencia provechosísima, que supera a todas las demás: la de aprender a morir…” Horologium Sapientiae.

Sin embargo, la muerte ha sido relegada de nuestra cotidianidad, la negamos, cerramos los ojos a su presencia aún cuando nos acompaña siempre. Claro síntoma de esta negación es la cada vez más frecuente relación que establecemos con ella: las personas moribundas que forman parte de nuestra vida se despiden de su existencia en lugares impersonales como las clínicas y hospitales (mientras más lejos y menos contaminado esté nuestro entorno del olor a muerte, mejor); contamos con empresas que se encargarán de todos los arreglos, desde la velación hasta el entierro pasando por la documentación burocrática de ley, además, existen empresas que con servicio completo maquillan cadáveres para disimular lo evidente y, finalmente, nos deshacemos del cadáver lo más pronto posible, antes del entierro o de la cremación dejamos pasar unas pocas horas. La muerte se convierte en un hecho que debe resolverse en el ámbito de la economía de las colectividades y no de la trascendencia humana. No es falta de cariño por quien se va, es falta de aceptación de quienes nos quedamos, nos duele la ausencia pero más nos angustia enfrentar lo que más tememos: morir.

Todos los seres humanos tenemos un ciclo que cumplir, nacemos marcando el inicio de nuestro tiempo y establecemos nuestro punto final con la muerte. El inicio y el final de nuestra existencia responden a una condición biológica contra la que nada podemos hacer; pero nuestra mente se niega al proceso natural y la cultura occidental ha creado inútilmente toda una industria para alargar la vida y para prevenir el envejecimiento, asumiendo que la muerte llegará con la edad. Suerte con la que no correrá el 62% de habitantes de América Latina que por vivir en condiciones de pobreza e indigencia tendrán un encuentro más temprano con la muerte. Y entonces nos preguntamos ¿todas las personas cumplimos con nuestro ciclo?. Seguramente no, debido no solo a la distribución inequitativa de la riqueza sino de la forma agresiva con la que se produce dicha riqueza traducida en capital: explotación y abuso de personas, de animales, de plantas… del planeta. Así, paradójicamente le damos la espalda a la muerte que dejamos que sea sembrada con nuestro cómplice silencio.

Vivimos como si fuésemos seres de eterna permanencia en esta dimensión y en este cuerpo, sabemos racionalmente que tenemos que morir y hasta podemos tocar el tema asumiendo que “algún día será”, pero cuando nos ponemos a pensar en el hecho concreto ¿cuántas sensaciones de desasosiego y angustia cruzan nuestro emocionar?. La muerte no tiene salida, está allí y debemos mirarla de frente pues ella es la puerta definitiva de esta existencia.

“Calma mujer que mi día no ha llegado aún”, le dijo Baltasar a Blimunda, “No me calmo”, le contestó, “porque ése es día que llega siempre”.

SEXUALIDAD ADOLESCENTE

RELACIONES SEXUALES EN LAS Y LOS ADOLESCENTES

Realizado por: Andrea Rivera (GAMMA)
Fecha: 25 de octubre, 2005
Luna menguante

Actualmente las y los jóvenes comienzan su vida sexual más temprano que antes. Sin embargo este hecho no se da de la misma manera en el caso de las mujeres que en el de los hombres.

En nuestra sociedad aún persisten normas de género desiguales, que permiten que por un lado se aliente a los jóvenes varones a que amplíen sus experiencias sexuales y por otro, al mismo tiempo, se pide a las jóvenes mujeres abstenerse y conservar su “virginidad”. Este mandato y otros que lo acompañan así como los tabúes y la falta de educación sexual con equidad de género provoca distintas situaciones que afectan la vida de las y los adolescentes.

Como consecuencia del mandato impuesto a los jóvenes varones, ellos buscan formas de “convencer” a sus parejas, una de ellas, la más conocida es la “prueba de amor”; otros recurren a la intimidación y la violencia para presionar a las adolescentes a tener una relación; otros, finalmente, lo hacen con trabajadoras sexuales; a los varones además se los anima a asumir riesgos en su comportamiento sexual basados en normas sociales dominantes sobre la masculinidad que presentan a los varones como “héroes conquistadores y machos que asumen riesgos en cuestiones sexuales”. La consecuencia en las jóvenes mujeres al enfrentarse a una “prueba de amor” o a una acción de presión en la que mantuvieron una relación sexual, muchas veces es el sentimiento de culpa, se sienten “pecadoras” e “impuras”, además, se suele desatar una relación de dependencia al “cariño” y al permanecer con su enamorado, pensando que son propiedad de ellos y que además ya nadie aparte de él las querrá porque ya no son “vírgenes”. Todas estas creencias refuerzan el temor a perder a su compañero sexual.

Las relaciones sociales de poder se reproducen en las relaciones sexuales de adolescentes en las que las mujeres por su falta de poder, su temor a la violencia y su noción de “pasividad femenina”, muchas veces no pueden hablar con sus parejas acerca de si sus relaciones sexuales: son o no oportunas, acuerdos para la protección durante los encuentros sexuales o de los peligros y afecciones a su salud sexual. Todo esto es caldo de cultivo para problemas emocionales, embarazos no deseados, matrimonios y consiguientes divorcios, enfermedades de transmisión sexual, abortos inseguros, violencia sexual, etc.

Como vemos las consecuencias no son pocas y no afectan solo a las y los adolescentes sino a la sociedad en general en la cual sin el correcto ejercicio de las y los jóvenes a sus derechos sexuales y reproductivos, y sin una formación profunda en equidad de género y en la atención a su salud sexual no se podrá romper con estos estereotipos que generan desequilibrios, que son nocivos y se oponen al establecimiento de relaciones saludables, responsables y equitativas.