El 8 de marzo
¡No Romantizar!
Pastora JUDITH VANOSDOL*
- La Pastora JUDITH VANOSDOL trabaja en la Pastoral de las Mujeres y Género del CLAI – Consejo Latinoamericano de Iglesias – ALTERCOM –
No mal interpretemos: a muchas mujeres nos fascinan las flores, la música, la poesía y otras expresiones románticas. Pero el 8 de marzo no es un día para romantizar a la mujer, y menos aún para regalarle flores, al menos que esto se entienda como un acto solidario.
El día internacional de la mujer NO ES:-
Un día para proclamar la belleza de la forma femenina;
Una excusa para piropear;-
Un día para poner a la mujer sobre un pedestal;-
Elogiar cuan noble, sacrificada, sufrida, etcétera, que era, es y será;
Quizás esto último sea lo más tentador ya que apela a nuestro sentido de victimización.
Sin embargo, cada uno de los ejemplos mencionados más arriba profundiza la tendencia de objetivizar y deshumanizar a la mujer, cuando el objetivo del Día es ser solidarias y solidarios con la lucha de las mujeres en su vida y trabajo en la sociedad y comprometerse con la búsqueda de su liberación y dignificación. El 8 de marzo SÍ es un recordatorio de fechas históricas referidas a las luchas, protestas y matanzas de mujeres en la lucha por sus derechos. En este día se recuerdan hechos que recogen hitos a lo largo de los siglos:
– La participación femenina durante la Revolución Francesa en 1789, que exigía “libertad, igualdad y fraternidad”;
– La lucha de unas trabajadoras estadounidenses de la industria textil por sus pésimas condiciones de trabajo en 1857, reprimidas por la policía a palos, donde muchas murieron;- El Primer Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores en 1866, que aprobó la participación del trabajo profesional de las mujeres;- La Conferencia de Mujeres contra la Primera Guerra Mundial, de 1899, en los Países Bajos, que definió el carácter antibélico de las movilizaciones femeninas;
– La protesta de mujeres obreras en la industria textil de los EE.UU. que ocuparon una fábrica en Nueva York en 1908. Pidieron un día de trabajo de 10 horas (en aquel entonces ellas trabajaban 16 horas diarias). Los dueños de la fábrica respondieron incendiando el edificio y quemándolas vivas. Murieron 129 mujeres;
– La Conferencia Internacional de las Mujeres Socialistas en 1910 en Copenhague, Dinamarca, en que la alemana Clara Zetkin demandó instituir el Día Internacional de la Mujer para reclamar los derechos políticos, civiles y económicos de todas las mujeres en el mundo. Zetkin propuso la conmemoración del 8 de marzo;
– La Manifestación masiva de la mujeres rusas en 1917, donde la mujeres precipitaron la Revolución, protestando contra la guerra, “por pan y paz” (el 8 de marzo, el Zar fue obligado a renunciar y con el gobierno provisional, las mujeres lograron el derecho al voto).
Cuando romantizamos el Día Internacional de las Mujeres, minimizamos e ignoramos la lucha de éstas y muchas otras lideres en la sociedad que tiene más que dos siglos de expresión en las esferas públicas.
Uno de los primeros textos conocidos que reconoce los derechos de la mujer como ser humano pleno es la pequeña obra clásica: “Vindicación de los Derechos de la Mujer” por Mary Wollstoncraft, del año 1792. Ella misma fue inspirada por la Revolución Francesa, pero llegó a la conclusión de que la exclusión de las mujeres del famoso “libertad, igualdad y fraternidad” no fue casual.
La lucha por la vindicación de los derechos de las mujeres tiene más que dos siglos de expresión, y sigue siendo una necesidad en el nuevo milenio.
No buscamos culpables; buscamos caminos de cambio. A su vez, necesitamos más personas, varones y mujeres de buena voluntad, que se comprometan con esta lucha.
Equipo Coordinador
Red de Mujeres para el Desarrollo
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Max Neef: Economía Descalza
Economista Max-Neef: EEUU, un país en vías de subdesarrollo
Maxneef
Entrevista de Amy Goodman a Max Neef.
Tomado de Democracy Now en Español (http://www.democracynow.org)
AMY GOODMAN: En Bonn, Alemania tuve oportunidad de conversar con Manfred Max-Neef, el reconocido economista chileno que ganó en 1983 el Right Livelihood Award, dos años después de haber publicado su libro Economía Descalza: Señales desde el Mundo Invisible. Empezé preguntándole que explique el concepto de la economía descalza.
MANFRED MAX-NEEF: Bueno, es una metáfora, pero es una metáfora que se originó en una experiencia concreta. Yo trabajé alrededor de diez años de mi vida en áreas de pobreza extrema, en las sierras, en la jungla, en áreas urbanas en distintas partes de Latinoamérica. Al comienzo de este periodo, estaba un día en una aldea indígena en la sierra de Perú. Era un día horrible; había estado lloviendo todo el tiempo. Estaba parado en una zona muy pobre y enfrente de mí estaba otro hombre parado sobre el lodo (no en el barrio pobre sino en el lodo). Y bueno, nos miramos. Este era un hombre de corta estatura, delgado, con hambre, desempleado, cinco hijos, una esposa y una abuela. Yo era el refinado economista de Berkeley, maestro de Berkeley, etc. Nos mirábamos frente a frente y de pronto me di cuenta de que no tenía nada coherente que decirle en esas circunstancias; que todo mi lenguaje de economista era obsoleto. ¿Debería decirle que se pusiera feliz porque el producto interno bruto había subido un 5% o algo así? Todo era completamente absurdo. Entonces descubrí que no tenía un lenguaje para ese ambiente y que teníamos que inventar un idioma nuevo. Ese es el origen de la metáfora “barefoot economy” o economía descalza, que, en concreto, significa la economía que un economista usa cuando se atreve a meterse en los barrios bajos. El punto es que los economistas estudian y analizan la pobreza desde sus oficinas lujosas, poseen todas las estadísticas desarrollan todos los modelos y están convencidos de que saben todo lo que hay que saber sobre la pobreza. Pero ellos no entienden la pobreza. Ese es el gran problema. Y es también el motivo por el cual la pobreza aún existe. Esto cambió completamente mi vida como economista. Inventé un lenguaje coherente para esas condiciones de vida.
AMY GOODMAN: ¿Y cuál es ese idioma? ¿Cómo aplicas un sistema económico o haces que las circunstancias expliquen esos cambios?
MANFRED MAX-NEEF: No, la cosa es mucho más profunda. Es decir, no es como una típica receta que te da alguien de tu país, en donde te dicen “te garantizamos quince clases o la devolución de tu dinero.” Ese no es el punto. Deja ponértelo de esta manera. Hemos alcanzado un punto en nuestra evolución en el que sabemos muchas cosas. Sabemos muchísimo pero entendemos muy poco. Nunca en la historia de la humanidad ha habido tanta acumulación de conocimiento como en los últimos cien años. Mira cómo estamos. ¿Para qué nos ha servido el conocimiento? El punto es que el conocimiento por sí mismo no es suficiente. Carecemos de entendimiento. La diferencia entre conocimiento y entendimiento te la puedo explicar con un ejemplo. Vamos a pensar que tú has estudiado todo lo que puedes estudiar desde una perspectiva teológica, sociológica, antropológica, bioquímica y biológica sobre un fenómeno llamado amor. El resultado es que tú sabrás todo sobre el amor, pero tarde o temprano te vas a dar cuenta de que nunca entenderás el amor a menos de que te enamores. ¿Qué significa esto? Que sólo puedes llegar aspirar a entender aquello de lo que te vuelves parte. Como dice la canción latina, somos mucho más que dos. Cuando perteneces, entiendes. Cuando estás separado, solo acumulas conocimiento. Y esa ha sido la función de la ciencia. Ahora bien, la ciencia se divide en partes pero el entendimiento es completo. Holistico. Eso sucede con la pobreza. Yo entendí la pobreza porque estuve allí; viví con ellos comí con ellos y dormí con ellos. Entonces comienzas a entender que en ese ambiente hay distintos valores, y diferentes principios-–comparados con los que existen allí de donde tú provienes y te das cuenta de que puedes aprender cosas fantásticas de la pobreza. Lo que he aprendido de los pobres supera lo que aprendí en la universidad. Pero pocas personas tienen esa oportunidad, ¿te das cuenta? Ellos ven la pobreza desde afuera en lugar de estarla viviendo desde adentro. Aprendes cosas extraordinarias. Lo primero que aprendes y que los que quieren mejorar el sistema de vida de los pobres no saben, es que dentro de la pobreza hay mucha creatividad. No puedes ser un tonto si quieres sobrevivir. Cada minuto tienes que estar pensando, ¿qué sigue? ¿qué puedo hacer aquí? ¿qué es esto y lo otro y lo otro? Así que el estado creativo es constante. Además, están los contactos, las cooperativas, la ayuda mutua y toda una gama de cosas extraordinarias que ya no se encuentran en las sociedades dominantes, las cuáles, son individualistas, avaras, egocentristas, etc. Allá encuentras exactamente lo opuesto de lo que ves acá. Y es sorprendente porque a veces llegas a encontrar gente más feliz entre los pobres que la que encontrarías en tu propio ambiente. Lo que ya te dice que la pobreza no solo es una cuestión de dinero. Es algo mucho más complejo.
AMY GOODMAN: ¿Qué crees que debamos cambiar?
MANFRED MAX-NEEF: ¡Oh!, casi todo. Somos dramáticamente idiotas. Actuamos sistemáticamente en contra de las de las evidencias que tenemos. Conocemos todo lo que no debemos hacer. No hay nadie que no sepa esto. Especialmente los grandes políticos saben exactamente lo que no se debe hacer. Y aún así lo hacen. Después de lo que pasó en octubre del 2008, tú pensarías que van a cambiar porque se han dado cuenta de que el modelo económico no funciona. Que incluso tiene un alto nivel de riesgo. Es drásticamente peligroso. Y uno se pregunta:¿Cuál fue el resultado de la última reunión de la Comunidad Europea? Ahora son más fundamentalistas que antes. De tal modo que de lo único de lo que se puede estar seguro es de que ya viene la próxima crisis y que será mucho más fuerte que la actual. Pero para entonces ya no habrá suficiente dinero. Esas son las consecuencias de la estupidez humana.
AMY GOODMAN: Si tú estuvieras al cargo de la economía ¿qué harías para evitar otra catástrofe?
MANFRED MAX-NEEF: Primero que nada, necesitamos economistas más cultos, que sepan historia, de dónde vienen, cómo se originan las ideas, quién hizo qué y así sucesivamente. Lo segundo es que un economista se percibe como un subsistema dentro de un sistema más grande que es finita: la biosfera. También entiende que el crecimiento económico es imposible. En tercer lugar, un sistema que entiende lo anterior sabe que no puede funcionar sin tomar en serio los ecosistemas. Pero los economistas no saben nada de ecosistemas. No saben nada de termodinámica, ¿sabes? Nada de biodiversidad. Quiero decir, son totalmente ignorantes con respecto a estos temas y otra cosa así. Realmente no entiendo en qué puede dañar a un economista saber que si los animales desaparecen, él también desaparecerá porque entonces ya no habrá qué comer. Pero él no lo sabe, que dependemos completamente de la naturaleza ¿te das cuenta? Sin embargo, para los economistas que tenemos hoy en día, la naturaleza es un subsistema de la economía. Es completamente absurdo. Además, debemos acercar al productor con el consumidor. Yo vivo en el sur de Chile y ésa es una zona fantástica, tenemos toda la tecnología para la creación de productos lácteos de calidad. Hace unos meses estaba en un hotel desayunando. Noté estos paquetitos de mantequilla sobre la mesa. Tomé uno y descubrí que la mantequilla venía de Nueva Zelanda. Es absurdo ¿sabes? ¿y por qué sucede una cosa así? Porque los economistas no saben calcular costos. Traer mantequilla desde un lugar que queda a 20,000 kilómetros a un lugar en donde se produce la mejor mantequilla bajo el pretexto de que es más barato es una estupidez descomunal. ¿No toman en cuenta el impacto que causan esos 20,000 km de transporte sobre la naturaleza? Por si fuera poco, es más barato porque está subsidiado. Es un caso muy claro en el que los precios no revelan la verdad. Todo tiene un doble fondo ¿sabes? Pero ésos causan mucho daño. Si se acerca al productor con el consumidor, uno comerá mejor, tendremos mejores alimentos y sabremos de dónde vienen. Incluso podrías llegar a conocer a la persona que lo produjo. Se humaniza el proceso ¿sabes? Pero hoy en día lo que los economistas hacen está totalmente deshumanizado.
AMY GOODMAN: ¿No crees que la misma tierra nos forzará a actuar de diferente modo? ¿Estamos llegando al fin?
MANFRED MAX-NEEF: Sí claro. Ya algunos científicos lo están diciendo pero yo aún no he llegado a ese punto. Pero muchos lo creen y piensan que es definitivo: estamos fritos. Dentro de algunas décadas no habrá más humanos. Yo personalmente no creo haber llegado a ese punto, pero si diré que ya cruzamos el primero de los tres ríos. Y si observas lo que está pasando en todos lados, sí es alarmante cómo la cantidad de catástrofes ha ido en aumentando. Y se manifiestan de todas formas: tormentas, terremotos, erupciones volcánicas. El número de eventualidades crece dramáticamente y nosotros seguimos haciendo lo mismo.
AMY GOODMAN: ¿Qué has aprendido en las comunidades en las que has trabajado que te de esperanza?
MANFRED MAX-NEEF: La solidaridad de la gente. El respeto por los otros. Ayuda mutua. Nada de avaricia. Éste es un valor inexistente dentro de la pobreza. Y uno pensaría que allí es donde estaría más presente. Que la avaricia la poseen los que menos tienen. No, al contrario, entre más tienes más quieres. Esta crisis es el producto de la avaricia. La avaricia es el valor dominante del mundo actual. Mientras persista, estamos acabados.
AMY GOODMAN: ¿Cuáles serían los principios que enseñarías a los jóvenes economistas?
MANFRED MAX-NEEF: Los principios de los economistas deberían estar fundamentados en cinco postulados y un valor esencial.
Primero: la economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la economía.
Segundo: el desarrollo es para las personas, no para las cosas.
Tercero: crecimiento no es lo mismo que desarrollo y el desarrollo no necesariamente requiere de crecimiento.
Cuarto: no hay economía que sea posible en la ausencia de servicios de ecosistema.
Quinto: la economía es un subsistema de un sistema mayor y finito: la biosfera. Por ende, el crecimiento permanente es imposible.
Y el valor esencial para sostener una nueva economía debería ser que ningún interés económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar por encima de la reverencia de la vida.
AMY GOODMAN: Explica lo que acabas de mencionar.
MANFRED MAX-NEEF: Nada puede ser más importante que la vida. Y digo vida, no seres humanos porque, para mí, el centro es el milagro de la vida en todas sus manifestaciones. Pero hay un interés económico, es decir, uno no solo se olvida de la vida y otros seres vivientes sino, de los humanos. Si recorres esta lista que acabo de mencionar, uno a uno, verás que lo que tenemos ahora es exactamente lo contrario.
AMY GOODMAN: Ve al tercer punto, crecimiento y desarrollo y explícalo por favor.
MANFRED MAX-NEEF: El crecimiento es una acumulación cuantitativa. Desarrollo es la liberación de posibilidades creativas. Cada sistema vivo de la naturaleza crece hasta cierto punto y para de crecer. Tú ya no estás creciendo, ni él ni yo. Pero continuamos desarrollándonos. De otro modo no estaríamos dialogando en este momento. El desarrollo no tiene límites pero el crecimiento sí. Y este es un concepto muy importante que políticos y economistas no entienden. Están obsesionados con el crecimiento económico. He estado trabajando a lo largo de varias décadas y se han hecho muchos estudios. Soy el autor de una famosa hipótesis: la hipótesis liminal, que dice que en cada sociedad hay un periodo de crecimiento económico-–entendido convencionalmente o no-–que trae una mejora en la calidad de vida ; pero sólo hasta cierto punto, el punto liminal, a partir del cuál, si hay crecimiento, la calidad de vida comienza a decaer. Esta es la situación en la que nos encontramos actualmente. Es decir, tu pais es el ejemplo más extremo que puedes encontrar. En una parte de un capítulo de mi libro que saldrá publicado el próximo mes en Inglaterra, titulado La economía desenmascarada-–se encuentra un capítulo llamado “ Estados Unidos, una nación en vías de subdesarrollo” la cuál es una nueva categoría. Tenemos el concepto de desarrollado, subdesarrollado y en vías de desarrollo. Ahora tenemos el nuevo concepto de en vías de subdesarrollo y tu país es el mejor ejemplo. El 1% de los americanos cada vez están mejor y el 99% va en decadencia y se refleja en todo tipo de manifestaciones. Las personas que viven en sus autos, ahora duermen en sus carros, ¿sabes? estacionados enfrente de la casa que fue suya. Millones de personas que uno conoce han perdido todo. Pero aquellos que especularon, los que trajeron consigo todo el problema, esos están muy bien. Para ellos no hay problemas.
AMY GOODMAN: ¿Entonces, cómo cambiarías las cosas?
MANFRED MAX-NEEF: Bueno, no sé cómo cambiarlas. Es decir, solitas van a cambiar ¿sabes? pero de forma catastrófica. No entiendo cómo no hay millones de personas en las calles de Estados Unidos destruyendo las cosas. Pero podría suceder. No lo sé. La situación es dramáticamente mala. Se supone que es el país más poderoso del mundo. Y a pesar de las condiciones, siguen con sus guerras absurdas gastando miles de milliones y billones. Trece billones de dólares se especularon y ¡ni un centavo se fue para las personas que perdieron sus casas! ¿Qué tipo de lógica es esa?
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Traducida al español por Rose Mary Salum