FINALMENTE EN EL TAPETE

Sandra López A.

FINALMENTE EN EL TAPETE

Por: Sandra López – GAMMA
Martes, 4 de abril 2006
Luna en cuarto creciente

Después de muchos meses de negociación discreta a cuenta de algún tipo de voto de silencio, finalmente el TLC está en los medios de comunicación.

La exigencia de todas las personas es tener información, cómo se puede emitir un criterio si no se cuenta con todos los elementos de juicio. Grupos a favor, grupos en contra, grupos desinformados, grupos desinteresados, grupos optimistas, grupos pesimistas. En los medios de comunicación se escucha ahora entrevistas, foros, debates, encuestas, todo sobre el TLC. Sin embargo, la avalancha de información a estas alturas aparentemente no detendrá el camino recorrido; a decir de las personas cercanas al proceso, el famoso Tratado estaría a punto de firmarse. Cabe preguntarnos entonces, ¿de qué sirve la información en este momento?, la comunicación en el caso del TLC no habría cumplido su rol fundamental de creación de comunidad, de opinión y de toma de posición. El tema está en la agenda pública, los medios no dejan de hablar del TLC, ¿para qué?, no para generar debate, ya no es tiempo, se busca más bien que la gente conozca lo que viene y concluya “no podemos quedarnos fuera”.

Una vez en este punto no tenemos tiempo para conocer las reales implicaciones del TLC en corto, mediano y largo plazo, lo que sí podemos es sacar nuestras propias conclusiones con las evidencias que hemos presenciado a través de los medios.

Como todo en la vida, el TLC tiene dos caras, para algunas personas una es positiva y otra negativa; sin embargo, estas caras pueden ser una de ganancia y otra de pérdida. Quienes defienden el TLC hablan de aspectos positivos y negativos, explican que como todo proceso, hay que realizar algunos sacrificios a cambio de grandes beneficios (¿ganancias?); quienes lo rechazan en cambio, no encuentran una cara positiva del TLC, lo que encuentran es más bien un creciente abismo entre la situación económica actual (pobreza) y la que vendrá con el TLC (indigencia), es decir, el TLC para este grupo representa la riqueza extrema reducida a un grupo cada vez más pequeño y la pobreza ampliada a la gran mayoría de la población.

Si nos detenemos un momento para analizar los argumentos de un grupo y de otro, no es difícil saber quiénes serán los beneficiados. Alguien decía por allí que para saber si una propuesta es buena o mala debemos “seguir la ruta del dinero”. ¿Quién nos propone (impone) el TLC?, ¿quiénes están a favor del TLC?, ¿son aquellos grupos empobrecidos cuyos ingresos se verían seriamente afectados cuando comience el libre comercio?, o por el contrario, ¿son aquellos representantes de empresas y negocios “florecientes” que verían incrementadas sus ganancias y que muy contentos con la flexibilización laboral cada vez se desentenderían más de sus obligaciones laborales… humanas y tributarias?

Cuando finalmente el tema del TLC está en el tapete, nos toca tomar partido, el plazo se está terminando.

TV ZAPPING TLC

TV ZAPPING TLC

Por: Sergio Vergne (GAMMA)
Martes 28 de marzo, 2006
Luna nueva

La estrategia de los sectores que se beneficiarían del TLC con EEUU se ha desplegado con mucha claridad en los medios durante la última semana, especialmente en la televisión. Es que la inminencia de la firma del Tratado de Libre Comercio ha desnudado los conflictos de intereses económicos y políticos de los diversos grupos y clases sociales del Ecuador

El bloque en el poder no logra mantener la cohesión social y por ello recurre a las instancias ideológicas más potentes de las sociedades modernas, los medios de comunicación. El poder político y económico ha sido la principal fuente de “información” de los medios durante los meses de negociación del TLC. Los sectores que se perjudicarían con este tratado (arroceros, pequeños empresarios, campesinos, indígenas, estudiantes), sólo han sido fuente de noticias durante las últimas semanas a raíz de sus medidas de protesta que “paralizaron” al país. Haciendo un zapping por TV durante este período hemos visto cómo a las principales fuentes de información señaladas se han sumado los propios medios con su voz: informativos, programas de “investigación periodística”, de opinión y hasta un “debate público” se ha presentado en el espacio “privado” de la televisión.

Según este zapping televisivo ¿cómo presentan el gobierno, empresarios, periodistas y analistas económicos de la televisoras a los distintos actores en el escenario mediático? En primer lugar, la movilización indígena y estudiantil es ideológica y exagerada, motivada por intereses que no serían auténticos y legítimos; en cambio el sector negociador y empresarial es moderado y movido sólo por intereses económicos que beneficiarían a todo el Ecuador. En segundo lugar, se presenta al movimiento indígena y al estudiantil como ignorantes, y a la población como simples ovejas que siguen a sus pastores-dirigentes sin saber muy bien porqué se movilizan; el sector interesado en el TLC en cambio, es presentado como el grupo de técnicos conocedores y especialistas y por lo tanto únicos autorizados a opinar y decidir por sobre todo el Ecuador. En tercer lugar, los indígenas y estudiantes, mediante sus medidas de protestas, están causando millonarias perdidas “a todo el Ecuador”; en cambio las millonarias pérdidas que traería la firma del tratado para estos sectores y para el Ecuador no son contabilizadas ni informadas.

La televisión apela fundamentalmente a las emociones y por esta razón los argumentos simplistas y el uso de los estereotipos son tan efectivos, no es un instrumento muy apto para el análisis y el debate, pues su principal función es la de entretener (Fuenzalida, 1999). Por ello, la estrategia usada desde el gobierno para convencer a la ciudadanía de la firma del TLC, es la clásica diferenciación estereotipada de “civilización o barbarie”; dejando de lado su responsabilidad de informar, de promover el debate y finalmente de ponerlo a consideración ciudadana mediante un instrumento democrático.

QUEREMOS ESTABILIDAD

Nidya Pesántez Calle

QUEREMOS ESTABILIDAD

Por: Nidya Pesántez C. (GAMMA)
Martes, 21 de marzo, 2006
Luna menguante

En estos tiempos de palpitación social, de movimiento y de movilizaciones, hemos escuchado las voces del poder político y económico clamando por paz para evitar las pérdidas económicas de las que son víctimas. También hemos escuchado sus ecos a través de diversos medios masivos de comunicación que plantean volver a la calma para darle estabilidad al país y a su proceso de gobernabilidad. Y por supuesto, hemos escuchado las voces del pueblo contrapuestas exigiendo calma y objetividad por un lado y dignidad y soberanía por otro.

Esta no es la primera vez que asistimos a un momento como éste en el país, y tampoco es la primera vez que encaramos las posturas contrapuestas, y por supuesto, no será la última. Sin embargo, cada vez que la población se pronuncia masivamente pedimos tranquilidad, pedimos silencio, pedimos que las expresiones de descontento o de confrontación regresen a su casa y a sus puestos de trabajo para que no se altere el orden, para que las piezas no se dispersen. No nos interesa demasiado si la figura del rompecabezas de nuestra sociedad es o no coherente, es o no luminosa, es o no agradable, es o no equitativa, es o no solidaria; nos interesa que las piezas se mantengan tal y como están porque queremos estabilidad, porque tenemos miedo a perderla.

¿Qué tipo de estabilidad es la que andamos buscando? Por lo dicho podríamos decir que buscamos la quietud, la calma, “la paz que solo se encuentra en los cementerios” como diría Cohelo. Pero la permanencia no recrea la vida, la falta de movimiento contradice su esencia, todo en el universo es dinámico y como nos han planteado los últimos descubrimientos físicos, su dinamia no es mecánica como Newton pensó. El caos es la fuente y el escenario en el que todo se mueve, en el que todo fluye. Nos preguntamos ¿son ilusas estas voces que exigen la vigencia de lo que la vida no ha puesto a nuestro servicio? Y decimos esto porque no podemos negar que una de las características de nuestra vida es la incertidumbre, y es en esta incertidumbre en donde debemos plasmar el arte de la existencia. El ser humano, según dice Assmann encuentra en la incertidumbre “una de las cualidades más fascinantes del placer”.

No queremos cambiar, queremos la inmovilización que se nos vende como estabilidad; tenemos miedo a la transformación, nos negamos a la creación y escuchamos las voces del opresor como una balsa de salvación, salvación que se traduce en el sostenimiento del actual estado de cosas que confundimos con estabilidad: “mal con el TLC, peor sin él” dicen algunas de estas voces que temen que no bajar la cabeza ante el imperio nos conmocione y nos “desestabilice”. Qué miedo le tenemos al movimiento fuente de nuestra existencia, qué miedo le tenemos a la incertidumbre. Preferimos la esclavitud en este estancamiento a la libertad que será posible en el careo diario con el porvenir.

LIBERTAD DE EXPRESION

LIBERTAD DE EXPRESION

Por: Sergio Alejandro Vergne (GAMMA)
Martes, 13 de marzo, 2006
Luna llena

El derecho a la libertad de expresión hace parte de los derechos humanos proclamados durante la Revolución Francesa, que consolida para algunos el establecimiento del nuevo orden moderno.

Su formulación fue inspirada en las doctrinas del liberalismo económico y político de filósofos como Montesquieu y Locke frente a las Monarquías Absolutas de Europa, en especial la de Francia. Considera a la sociedad como surgida de un contrato social entre personas con el objeto de garantizar sus derechos individuales e inalienables como, precisamente, el de expresión. Su enumeración era razonable ya que las monarquías absolutas europeas ejercían un gran control sobre las ideas políticas y religiosas de la época. La Bastilla en París era la cárcel para miles de hombres y mujeres cuyo “delito” fue haber expresado públicamente sus ideas científicas, políticas, morales o filosóficas. Es significativo el hecho de que la Revolución se iniciara precisamente con la toma de la Bastilla.

La libertad de expresión incorporada a las constituciones como la nuestra, es un derecho de todas y de todos. Pero con el surgimiento y crecimiento de los medios de comunicación masivos como empresas capitalistas (en el sentido de que su finalidad es el lucro), las grandes empresas dueñas de los medios han resignificado este derecho, haciendo equivaler libertad de expresión con libertad de empresa. Como la libertad de empresa en el mundo capitalista concibe a un Estado que no interviene en el mercado, el derecho a la expresión ha quedado limitado a las posibilidades que se tiene de entrar en un mercado mediático que cada vez es más oligopólico y dependiente de multinacionales y que amenaza incluso la existencia de los medios locales, más cercanos a la ciudadanía.

Así, bajo el capitalismo globalizante van quedando seriamente limitadas la libertad de expresión de las y los ciudadanos y de las y los trabajadores de los medios, a las decisiones de las grandes empresas. En los medios hoy se expresan quienes tienen mayores cuotas de poder económico y político. Y han quedado silenciadas o tergiversadas las voces de los pueblos y grupos que no tienen poder social: trabajadores y trabajadoras, etnias, mujeres, niñas y niños…

Por esta razón van surgiendo en el mundo diversas opciones para el ejercicio del derecho a la expresión, entre éstas los Observatorios de Medios. En Cuenca contamos con un Observatorio Ciudadano de la Comunicación que en el marco del II Salón de la Comunicación realizará un foro abierto a la ciudadanía denominado “Una Ciudad Sin Comunicación Sexista” hoy a las 18 hs en el auditorio de la Corte Superior de Justicia, con el objeto de promover mensajes no sexistas ni discriminatorios y una mejor presencia de las mujeres y otros grupos que son invisibilizados, discriminados o violentados bajo numerosas formas en los medios. Una excelente oportunidad para ejercer nuestro derecho a la libertad de expresión.

NOS ENGAÑAMOS

Nidya Pesántez Calle

Por: Nidya Pesántez C. (GAMMA)
Luna creciente
Martes, 7 de marzo, 2006

¿Cómo celebraremos este 8 de marzo? ¿Será que nuevamente las mujeres tendremos que lidiar con las flores y los chocolates gritando entre la multitud que no es una segunda versión del día de la madre o del día del amor y de la amistad?

El sistema en que vivimos lo hizo otra vez; otra vez absorbió una fecha consagrada a la celebración de la dignidad para convertirla en un día de consumo y de superficial conmemoración. Otra vez el sistema escondió entre bambalinas la razón de ser de una fiesta que solemniza la lucha por la igualdad de condiciones y oportunidades que las mujeres exigimos para erradicar la subordinación, la exclusión y la discriminación que enfrentamos día a día.

El sistema ha conseguido que el Día Internacional de la Mujer se celebre entre pequeños regalos que resaltan todos aquellos elementos que profundizan las brechas y las inequidades entre mujeres y hombres, por ello es común escuchar el 8 de marzo “loas” a la mujer pilar de la sociedad, a la mujer dadora de amor y de ternura, a la mujer sentimiento y corazón de la familia, a la mujer belleza, a la mujer sacrificio, a la mujer moral, a la mujer servicio a toda prueba. Lesionando con ello una lucha que ha logrado mover el piso sobre el que se asienta el sistema que nos oprime: la discriminación de género.

Pero este sistema a través de todos sus aparatos ideológicos nos ha tendido otra trampa: pensar que las mujeres y los hombres ya tenemos igualdad de oportunidades y de condiciones en nuestra sociedad. Por ejemplo, es común escuchar que esta supuesta igualdad se marca en el hecho de que las mujeres “ya” trabajan, o que las mujeres ya estudian, o que las mujeres ya pueden participar en la política. Pero las mujeres siempre hemos trabajado aún cuando no hemos percibido sueldo por ello, y actualmente tenemos menor acceso al trabajo y menor remuneración que los hombres aunque realicemos la misma labor; y las mujeres estudiamos pero aún hay carreras que no son consideradas apropiadas para nuestro género y existen serias restricciones para nuestra formación pues no hay una corresponsabilidad social en el cuidado de la familia; y las mujeres participamos en la política pero aún nos toca pelear dentro de los partidos o movimientos para que no se nos considere un relleno en las listas. Y aunque la enumeración podría continuar, solo nos detendremos en un último punto: el acoso, el abuso y la violencia que las mujeres enfrentan diariamente como castigo social por haberse atrevido a “irrumpir” en el espacio público o, dentro de casa, como forma de mantener la subordinación. En estas condiciones ¿de qué igualdad estamos hablando?.

En este 8 de Marzo no queremos bombones, ni flores, ni loas; queremos caminar por las calles sin miedo a la agresión, queremos trabajar y recibir un salario digno, queremos que los gobiernos asuman su responsabilidad en el cuidado social, queremos llegar a casa sin temor a la represalia, queremos vivir en paz.

TUNÉATE

Sergio Verne

TUNÉATE

Por: Sergio Alejandro Vergne – GAMMA

“¡Tunéate!” Nos dice de manera imperativa la publicidad de una bebida alcohólica que se anuncia en vallas de la vía pública de Cuenca. No parece una invitación o una propuesta a consumir un cierto producto sino más bien una orden, un mandato que se debe cumplir.

“Tú decides el color” nos dice a continuación; paradojas de un discurso que pretende invitar a la libertad, al poder individual, a la necesidad de quebrar normas de conductas y estéticas, pero imponiendo.

El término tunear proviene del inglés y significa algo así como cambio de aspecto; se usa para nombrar los cambios realizados en el carro para mejorarle la imagen, los detalles, y así personalizarlo de acuerdo a los gustos de cada uno. Uno de los valores pilares de la modernidad es precisamente el cambio. Por ello se impone el cambio, se impone la moda y se impone el “tuneado”.

Pero, ¿realmente, propone algún cambio esta publicidad? Veamos:

La campaña está compuesta por dos vallas semejantes entre sí. En una de ellas se oponen dos imágenes de un joven, en el antes y en el después del tuneado; la primera imagen, a la izquierda, corresponde al joven con vestimenta y peinados “clásico”, es un joven “formal”, “sin tunear”; la segunda imagen de esta valla en oposición a la anterior presenta al mismo joven pero modernizado, vestido con ropa y peinados “informales”, con un toque irreverente y rebelde señalados por el peinado y por los anteojos colocados desordenadamente. Tenemos entonces, la imagen del joven clásico-formal y, en oposición, la imagen del joven moderno-informal-tuneado. El sentido de las mismas, por si quedan dudas, está reforzado por el texto “Tunéate con…”.

La otra pieza publicitaria contiene en una primera lectura la misma argumentación que la anterior, el texto y las imágenes están organizados de manera semejante; sólo que esta vez la protagonista es una chica. En la mitad izquierda del anuncio se ve a la muchacha vestida con bluejeans azul ajustado y una simple remera, es decir, está mostrada de manera “clásicamente joven” y del lado derecho, en oposición a la imagen anterior, se ve a la joven ya “tuneada”; es la misma persona, pero vestida de manera más moderna, con pantalón ajustado blanco y remera naranja, mostrando parte de la cintura desnuda. Por oposición, la primera imagen corresponde a la chica de aspecto “clásico”, la segunda es la moderna-informal-tuneada. También aquí el sentido de las imágenes está anclado por el texto: “Tunéate con…”

Son dos vallas semejantes, que pretenden mostrar diferencias, cambios, en el aspecto de dos jóvenes. Pero si observamos bien, hay otra diferencia mucho más marcada que las que pretende señalar, y está dada por el cómo se presentan las diferencias atribuidas al sexo de los protagonistas. En el caso de la primer pieza, el muchacho esta mostrado de frente, de los hombros para arriba, mirando a la cara, con la frente en alto, como corresponde a todo hombre. En el cómo se lo presenta no hay diferencias entre la imagen clásica del joven y la tuneada-posmoderna: ¡son exactamente iguales! En este sentido, en realidad no hay tuneado alguno, las dos imágenes del muchacho que se pretende oponer y diferenciar son completamente semejantes.

En la segunda pieza, por el contrario, la chica es presentada desde la cintura para abajo, y de espaldas. No se le ve el rostro, ni siquiera la cabeza. En ambas imágenes de la mujer, se muestra la parte inferior de la espalda, la cola y parte superior de las piernas. Las dos imágenes de la chica que pretendidamente se quieren oponer ¡son iguales! No hay cambio real. Tampoco aquí la chica está tuneada. No hay diferencias, no hay oposición.

Donde sí se propone una verdadera oposición, entonces, es en el cómo se presentan al joven y a la chica, al varón y la mujer. Es la oposición tradicional construida desde la constitución de nuestra sociedad patriarcal, tan antigua y difícil de desarraigar; oposición que no es nada natural, sino que ha sido y es construida socialmente. Por lo mismo, no es una diferencia de sexos lo que manifiesta la publicidad, sino de los géneros y la relación entre estos tal cual han sido construidos históricamente.

La estructura narrativa publicitaria de ambas piezas se apoya en un sistema de oposiciones antiquísimo, nada nuevo, nada “tuneado”, que manifiesta el sistema de dominio que lo masculino ha ejercido y ejerce sobre lo femenino, tal cual nos describe el sociólogo francés Pierre Bourdieu:

“El cuerpo en su conjunto es también percibido a través de las grandes oposiciones culturales: tiene su parte elevada y su parte baja, cuya frontera está marcada por la cintura, señal de cierre y límite simbólico, al menos entre las mujeres, entre lo puro y lo impuro; tiene su parte delantera, lugar de la diferencia sexual… y su parte posterior, sexualmente indiferenciada y potencialmente femenina, es decir, sumisa…
La parte alta, masculina, del cuerpo, y sus usos legítimos, hacer frente, enfrentar, mirar a la cara, a los ojos, tomar la palabra públicamente, etc, constituyen el monopolio exclusivo de los hombres…” (Bourdieu, 1998)

¿Qué efecto puede producir esta publicidad “tan creativa” que usa la tradicional y centenaria oposición y sumisión de géneros, entonces?
Además de la intención de motivar la compra del producto, el principal efecto de sentido de esta publicidad es señalar y reforzar la oposición entre los géneros construidos histórica y culturalmente en la consolidación del orden patriarcal; el hombre, lo masculino, es la cabeza, la mirada desafiante, el frente, lo superior, el dominio; la mujer, lo femenino, en cambio, es lo posterior, la cintura para abajo, las partes privadas mostradas públicamente, lo inferior, en fin, la sumisión.

Las piezas presentadas, entonces, producen el efecto de reproducir, reforzar, recrear, los discursos sociales tradicionales de discriminación y sumisión de género. Aun si los “tunea” un poquito para que sean más divertidos al público juvenil, destinatario final de estos anuncios.

Decíamos arriba que uno de los valores pilares de la modernidad es el cambio (mediante la razón y hacia el progreso); por ello se impone el cambio, se impone la moda, se impone el “tuneado”. La diferencia es que antes el “cambio” en la modernidad estaba asociado también a la idea de emancipación y al imperativo ético del cambio de estructuras mentales y sociales; ahora, por el contrario, han transformado el “cambio” en un concepto totalmente vacío de contenido. Es expresión de un tipo de cultura posmoderna funcional al conservadurismo político actual, que vacía los sentidos políticos y sociales de los valores modernos; no se trata ya de cambiar la realidad, ni de la emancipación de sujetos colectivos dominados, sino de maquillar, de cambiar la “imagen” personal, individual.

Hoy la publicidad nos “invita” al “tuneado”, al cambio de aspecto, de imagen personal, para que nada cambie adentro… ni en el “afuera” social.

Si el eslogan nos dice “Tunéate”, para promover las mismas estructuras y comportamientos sociales de inequidades de género, de clases, de etnias, de edades, ¿porqué habremos de obedecer? ¿Porqué no sacar la mirada de nosotras/os mismas/os –como nos quieren imponer- para mirar el orden social en que se inscriben estos discursos discriminatorios y sexistas, y nos “decidimos” (como nos dice la propia publicidad) por cambiar no solo el color, sino las formas, los contornos, las figuras, el relleno de las relaciones sociales, de esta socialidad ya anquilosada y perimida?

¡CUIDADO, BANCO MUNDIAL!

Sergio Verne

¡CUIDADO, BANCO MUNDIAL!

Sergio Alejandro Vergne (GAMMA)
Martes, 21 de febrero, 2006
Luna menguante

Recientemente el Banco Mundial publicó un informe sobre América Latina denominado: “Reducción de la pobreza y crecimiento: círculos virtuosos y círculos viciosos”. En él sostiene que “el comportamiento de la economía latinoamericana en las últimas décadas ha sido decepcionante y la región se ha quedado atrás”. En otra parte señala “la región es una de las más desiguales del mundo”, y agrega con preocupación “la pobreza está entorpeciendo el crecimiento de la región (sic)”.

Lo que no analiza el informe es el papel que el propio Banco cumplió en el trazado de la situación descrita anteriormente. El BM impulsó y financió Reformas de Estado de corte neoliberal, que cambiaron el estado, la economía y la sociedad. El paquete de “modernización” incluyó: privatización de empresas públicas, reforma tributaria y reorientación de la inversión social, en el marco de políticas económicas monetaristas.

Privatizaciones: se vendieron activos de empresas públicas a precios irrisorios, los pasivos en cambio pasaron a engrosar la deuda pública; las privatizadas redujeron personal produciendo desempleo y aumentaron sus tarifas, reduciendo el poder adquisitivo de la población. Los recursos naturales estratégicos se encuentran ahora en manos de multinacionales.

Reforma tributaria: la generalización del IVA y su importancia relativa frente al impuesto a la renta y otros produjeron un sistema tributario sumamente regresivo. Comparativamente, aporta más quien menos tiene, aumentando sus efectos sobre la pobreza.

Políticas sociales: la inversión social antes estaba orientada hacia la oferta mediante políticas públicas de tipo universalistas en educación, salud, jubilaciones y programas sociales. La propuesta del Banco Mundial significó una reorientación de esta inversión hacia la demanda; ahora las políticas sociales se multiplican en cientos de programas “focalizados” hacia sectores. Pero ¿cómo “focalizar” cuando la mayoría de la población se encuentra en situación de pobreza? La reorientación de la inversión social resultó en desmantelamiento de la educación y la salud públicas, redundando en mayores índices de desigualdad.

Las políticas monetaristas impulsadas tanto por el BM como por el FMI promovieron ajustes fiscales, enorme endeudamiento externo, dolarizaciones con efectos negativos en la competitividad frente al mercado externo y una consecuente desindustrialización, retrotrayéndonos a épocas de economía exportadora de materias primas y altamente dependiente. Al Banco le preocupa la pobreza pero no como finalidad hacia donde deben orientarse las políticas de estado, sino en cuanto obstáculo para lo que considera crecimiento económico. Y finalmente señala recomendaciones neoliberales ya probadas durante décadas con un rotundo fracaso.

Por ello, si hiciéramos un análisis sobre el comportamiento del Banco concluiríamos un informe al que llamaríamos: “Banco Mundial y pobreza: círculos viciosos”.

DESENCANTO

Nidya Pesántez Calle

DESENCANTO

Por: Nidya Pesántez C. – GAMMA
Martes, 14 de febrero, 2006
Luna llena

“Amor es una palabra que se refiere al encanto a nivel cósmico; a la fuerza elemental que crea agrupaciones de átomos, galaxias, estrellas, familias, naciones, personas, ecosistemas y océanos. El amor da vida”

Así habla Brian Swimme del amor, concibiéndolo como el poder creador; afirma que el amor es el encanto en acción, lo que crea y recrea vida. El amor, es entonces, el generador, el promotor, el impulsor… Lejos de esta reflexión, que nos presenta al amor en su nivel universal (del que somos parte), los seres humanos en nuestras relaciones lo hemos limitado en dos sentidos, por un lado al romance y por otro lado a nuestra especie. Cuando lo limitamos al romance, dejamos de lado todas las otras manifestaciones del amor, pero lo más triste es que nos restringimos y nos engañamos, por eso aceptamos con tanta facilidad contraposiciones como el amor posesivo, el amor celoso, el amor inseguro, el amor comercial, el amor manipulador, el amor chantaje, es decir el no amor.

Por otro lado, la humanidad supone que es la única con la capacidad de amar, sin embargo, todo lo que tiene vida ama, no desde nuestra equivocada concepción, sino desde la aceptación de la conexión completa. En este universo, todo está conectado, todas y todos somos parte de la creación, producto del encanto, encanto que da vida, encanto que de expresarse plenamente en los seres humanos, nos permitiría sentir los dolores de las otras personas y de las otras especies. Si nos dejáramos llevar por este encanto, seríamos incapaces de aceptar la discriminación, la exclusión, la explotación de quienes son diferentes al modelo occidental del ser humano; seríamos también incapaces de normalizar la depredación y el saqueo del planeta. El amor no admite violencia, sin embargo, en nombre del amor se violenta: “quien te quiere te aporrea”, cruel y engañosa afirmación que no tiene cabida en el encanto pero tiene cabida en nuestra sociedad y es tanta su aceptación, que campea dentro de las familias, espacio que de manera paradójica se considera la “cuna del amor”. La violencia también está presente en la forma en que los seres humanos nos relacionamos con nuestro entorno: “todo está a nuestro servicio” y desde esta afirmación, destruimos culturas, personas, especies, ecosistemas, evadiendo nuestra propia destrucción. En este paisaje, ¿podemos descubrir el amor?

Hoy celebramos el día del amor y de la amistad, celebración que como todas las otras celebraciones se recrea en las manifestaciones del mercado. Se limita a la realización de un falso romance cuya imagen se nos ha vendido a través de la televisión y del cine: las flores, los chocolates, las velas… y ¿qué pasará después?, ¿cómo será nuestra relación con la pareja, con las amigas, con los amigos? ¿Una celebración superflua será capaz de despertarnos el encanto? Seguramente no.

Encantémonos y seamos parte del festejo, del gozo, de la luz, en suma, seamos parte de la creación de la vida.

OTRO ECUADOR ES POSIBLE

Sergio Verne

OTRO ECUADOR ES POSIBLE

Por: Sergio Alejandro Vergne (GAMMA)
Fecha: martes 24 de enero, 2006
Luna en cuarto menguante

El “fin de la historia” representaba hace apenas unas décadas la convicción del conservadurismo al estilo Fucuyama de que el mundo viviría unificado bajo la impronta de un capitalismo que no tenía ya alternativas. Era época de la caída del muro de Berlín y el bloque soviético, y de la salida de dictaduras militares en América Latina.

Sólo un mundo era posible, el del capitalismo globalizado que destinaba a más de 2/3 de la población a la pobreza y a la sumisión, población que debía esperar en silencio y resignación que “las bondades del mercado” algún día le arrojara las sobras de un crecimiento económico realizado precisamente a su expensa. Era época (muy reciente) del discurso único neoliberal: no eran posibles otras opciones, éstas quedaban relegadas a un pasado nostálgico por utopías inviables.

Hasta que irrumpió a 500 años de la colonización de América en un Méjico que acababa de firmar el NAFTA con EEUU “integrándose” al mundo globalizado, el movimiento zapatista de insurrección indígena, mostrando que existen, invisibilizados, ignorados, pero dispuestos a la construcción de alternativas. Contemporáneamente nacía el Foro Social Mundial, espacio de encuentro de miles de personas de todo el planeta bajo el lema de “otro mundo es posible”. Surgieron también Chávez en Venezuela, Lula en Brasil, Kichner en Argentina, Tabaré Vazquez en Uruguay (para dar solo el nombre de quienes representan a millones de latinoamericanas/os, movimientos y actores sociales, políticos y económicos que afectados negativamente por el capitalismo globalizado buscan salidas diferentes, solidarias e inclusivas)

Ayer en Bolivia se dio un paso MAS en la búsqueda de otros mundos posibles al asumir Evo Morales su presidencia. Este descendiente aymará viene a cerrar un ciclo de mas de 500 años de sumisión y a abrir uno nuevo, con el desafío de romper ahora desde el Estado las redes del neocolonialismo. Lo hacía desde el llano junto al pueblo, oponiéndose a las privatizaciones del agua, del gas, de los ricos recursos bolivianos, echando a los presidentes y políticos que comprometían al país y lo vendían por monedas. Hasta que todo este movimiento social encontró la manera de organizarse y canalizar políticamente sus demandas.

¿Tocará el momento a Ecuador de sumarse a esta alternativa continental al neocolonialismo? Hay signos que no deberíamos dejar de percibir: se ha echado a presidentes que no cumplen con la voluntad de las mayorías; se han organizado nuevos partidos que buscan canalizar políticamente a movimientos sociales como el indígena, existen numerosas resistencias ciudadanas como las del Oriente contra las petroleras, las del movimiento estudiantil por el medio boleto y contra el aumento del transporte, las de movimientos sociales contra el TLC. Recuperar estos signos es necesario para unificar amplios sectores sociales en una voluntad política nacional que lleve adelante la construcción de otro Ecuador en otro mundo posible.

LO QUE VENDE

Nidya Pesántez Calle

LO QUE VENDE

Por: Nidya Pesántez C. (GAMMA)
Fecha: martes 17 de enero, 2006
Luna menguante

“¡Mucha televisión!” era, en la jerga de los 80, una forma de expresar la incredulidad o la duda frente a un hecho que se relataba y nos parecía irrealizable. Hoy esa expresión se ha perdido porque la vida se desenvuelve en el marco de los mensajes mediáticos.

Cuesta pensar el giro que hemos dado las sociedades en general y las ciudades en particular, en cuanto al lugar que habitamos. Antes era la casa, la escuela, el cine, la plaza, el barrio, la cotidianidad física. Hoy vivimos en nuestra pantalla de televisión, en nuestra radio, en nuestra computadora, en los diarios, en las revistas; como diría Martín Barbero: “vivimos un mundo en el que se está siempre y no se está nunca en casa”. Efectivamente, estamos siempre en el mundo virtual y nos alejamos casi frenéticamente de la realidad. Estamos siempre empapadas y empapados de información emitida por los medios masivos y nos enteramos poco de lo que pasa en nuestro entorno más cercano; conocemos lo que está vigente alrededor de la gente de la farándula, a los productos de consumo, a los lugares de moda, a los medicamentos de última generación, a las marcas, a los casos y situaciones más aberrantes que se producen en la ciudad y en el país, sin embargo desconocemos la cotidianidad, incluso la íntima, es decir, la nuestra, no tenemos seguridad sobre quiénes somos realmente y qué hacemos en este mundo. Este desconocimiento deja de ser importante frente a una realidad virtual que responde a esa pregunta con un modelo de ser humano: el éxito, el dinero y el consumo como una sola categoría (sinónimos de felicidad y realización).

Este nuevo escenario diluye la convivencia con el entorno y fortalece un tipo de coexistencia con los medios masivos de comunicación que nos confunde, entonces aceptamos la realidad virtual como la única posible, así, por un lado nos peleamos con nuestra realidad por no ser tan bonita o apetecible como la encontramos en muchos de los mensajes mediáticos o, por otro, cuando enfrentamos noticias aterradoras (guerras, asesinatos, violaciones, explotación, desempleo, hambre, miseria) nos conformamos aceptándolas como parte de la nuestra naturaleza. Cabe preguntarnos si nos gusta el tipo de mensaje mediático que se nos oferta así como sobre sus efectos en la construcción de una sociedad sana.

En términos lógicos, el mensaje mediático debería ser el mecanismo que plasma la misión que los mass media tienen en una sociedad; sin embargo, en muchas ocasiones frente al cuestionamiento sobre la calidad del mensaje que se produce en los medios masivos, obtenemos como respuesta “este tipo de mensaje vende”. ¿Cuál es entonces la responsabilidad de estas grandes empresas? ¿Acaso la venta de un producto es comparable a la vida de una sociedad? Aún más allá, en nuestro país parece ser que nos hemos quedado con viejos paradigmas de venta, desechando la creatividad, la sensibilidad, la inteligencia y el amor a nuestra especie y a nuestro entorno.